Barcelona - Muy feliz por el hecho de que su última novela, Lo que te diré cuando te vuelva a ver, ocupe desde hace semanas los primeros puestos entre los libros más vendidos, Albert Espinosa ha indicado a Efe que ya tiene nuevos proyectos, como una serie de televisión, Los espabilados, que está negociando con Netflix.
Tras el éxito de Pulseras rojas (emitida en TV3 y Antena 3), que ha exportado a todo el mundo y que le ha llevado a trabajar codo con codo con una estrella como el director Steven Spielberg, Espinosa comenta que ya tiene escrito el capítulo piloto de su nuevo proyecto audiovisual y muy perfilados los que le siguen. Protagonizada, de nuevo, por jóvenes actores, la serie tocará cuestiones como el acoso escolar, el dolor o los problemas mentales. Quiere que tenga un aire como el de las películas de Richard Linklater Antes del amanecer, Antes del atardecer y Antes del anochecer, protagonizadas por Ethan Hawke y Julie Delpy, “pero con niños”. Le gustaría que el director fuera el barcelonés Roger Gual, ganador del premio Goya a la mejor dirección novel en 2002 por la película Smoking Room, y cree que, por su concepción, sería difícil que se pudiera emitir en un canal de televisión en España. En cambio, aunque todavía quedan algunos flecos sueltos, “la negociación con Netflix tiene buena pinta y creo que muy pronto tendremos noticias sobre su emisión”.
un 3% Respecto a Pulseras rojas, Espinosa recuerda que la versión italiana se encuentra en su cuarta temporada; se ha empezado a rodar la primera de Rusia y Ucrania; está acabándose el rodaje de la primera que se verá en Francia y en Alemania se rodará próximamente la tercera, mientras que Israel acaba de adquirir los derechos. Escritor, actor, director y guionista de cine, Albert Espinosa no ha olvidado lo que le dijo una vez su madre en el sentido de que “podría ser lo que quisiera ser”, además de enseñarle a “querer la vida y a luchar contra las injusticias”. Tampoco obvia el cáncer que sufrió en su adolescencia, cuando los médicos determinaron que tenía un 3% de posibilidades de vivir. Lo superó, aunque perdió una pierna, y desde entonces no ha parado, ya sea estudiando una carrera de ingeniería, ya sea escribiendo novelas, o bien perfilando personajes de una obra de teatro o creando a los protagonistas de una película.
“Yo trafico con sentimientos -admite- porque es lo único que tenemos y lo que nos aporta felicidad. Mostrar ternura o exponerse a nivel de sentimientos sé que tiene detractores, que lo ven ñoño, pero a mí me flipa que nadie diga nada ante tantas películas o series violentas”. A la vez, reflexiona sobre el hecho de que “hay mucha gente que tiene miedo de los robots, pero el 70% de las personas ya son robots que funcionan con rutinas absurdas”. “Vivimos en una época cibernética, con gente que tiene neuronas pero parece electrónica”, apostilla.
Respecto a proyectos literarios, rememora que Lo que te diré cuando te vuelva a ver, con más de 150.000 ejemplares vendidos, es su séptimo libro y sólo tiene previsto escribir once, como el número de jugadores de un equipo de fútbol, deporte que le apasiona. En este punto, precisa que, cuando estaba enfermo, su médico le dijo que con toda la quimioterapia recibida “a partir de los 50 años mi cuerpo empezaría a fallar y en ese momento pensé que después de esa edad no trabajaría más”. Esto significa que para los próximos siete años -tiene 43- le quedan “cuatro libros por escribir, una serie de televisión y una película por rodar, así como una obra de teatro por estrenar”.
Avanza que le gustaría estar en el Espai Lliure de Barcelona y la Sala Pequeña del Teatro Español de Madrid, porque “tienen fantasmas increíbles y desprenden unas emociones brutales”, y que la obra tratará sobre la eutanasia. A su juicio, es necesario que el público se enfrente a historias con esta temática: “No comprendo que esté penado que alguien decida dejar de vivir cuando sólo siente dolor”. Y es tajante: “Vivimos de espaldas a la muerte. Dentro de cien años, nos considerarán unos primitivos”, concluye. - Efe