Vitoria - Su cifra récord en un año se dice pronto: 210 conciertos. “Eso fue en los buenos tiempos”, ríe Joselu Ruiz de Gordoa. Es decir, cuando el IVA cultural no estaba al 21% y las salas de fiesta se multiplicaban por diferentes puntos de Euskal Herria con una actividad incesante en los meses de otoño e invierno. Hoy tampoco es que la agenda tenga muchos huecos libres. La media en los últimos tiempos está en unas 90 actuaciones. Casi nada, de todas formas. No en vano, hay fiestas que no se podrían llamar así si no fuera por la presencia de Joselu Anayak.

El grupo de Araia se ha ganado esa responsabilidad a pulso. No en vano celebra ahora 40 años de actividad, aunque en el caso de Joselu Ruiz de Gordoa sean 50 en esto de la música. Eso sí, hay cuerda para rato, como reza el título de su nuevo álbum, un Beti eta betiko (Elkar) que ya está a disposición del público. “No tenemos ninguna intención de parar, así que nadie se tome este disco como una despedida al cumplir cuatro décadas porque de eso nada”, apunta el cantante, guitarrista, acordeonista y compositor, quien comparte sonidos y carretera con Javier, Andoni, Félix y Jesús Ruiz de Gordoa.

Claro que a la formación le ha costado 17 años editar un nuevo trabajo, el octavo de su trayectoria tras Araiatik Jaliskora, Ondo ibili, Pausorik pauso, Laugarren Dantza, Hator hi ere, Gau jaiak e Ibili hadi. En todos ellos, al igual que en sus conciertos, hay una forma de hacer y de ser en la música que se mantiene por completo en este Beti eta betiko, una marca de la casa que no varía más allá de que se presenten ahora doce composiciones inéditas entre las que no se incluye ninguna versión, como sí ha pasado en algunos títulos anteriores de la discografía de los alaveses.

Esa combinación entre lo propio y lo que viene del otro lado del Atlántico hace que, una vez más, la banda pueda ir de la jota a la cumbia, del bolero al ska, del fandango al rock sin ningún tipo de problema. Así se quiere demostrar en esta docena de composiciones en las que para las letras se ha contado de manera esencial con la colaboración de Xabier Olaso y Ander Gorospe. El trabajo, que cuenta además con las colaboraciones de Makalo, Niko Zubia e Izai Ruiz de Gordoa, fue grabado entre marzo y abril en los estudios de Elkar contando con Víctor Sánchez en la parte técnica. “Somos un grupo de directo, pero entre cuatro paredes también estamos cómodos; es una labor diferente, que te exige cuidar más los detalles”, apunta Joselu Ruiz de Gordoa.

“Teníamos ganas de volver a grabar, de presentar temas nuevos pero, sobre todo, este disco obedece a que mucha gente lleva tiempo pidiéndonos algo así. El proyecto estaba sobre la mesa pero a finales del año pasado fue cuando nos pusimos a ello de verdad” comenta el intérprete sobre un CD en cuya portada Irune Izquierdo ha querido hacer un guiño al camión-escenario de la formación, ese elemento indispensable para hacer realidad muchos conciertos en sitios de todo tipo y condición.

En estos tiempos de cambios hacia no se sabe muy bien dónde y de tantas problemáticas “tenemos que saber valorar algo tan importante como la fiesta”, dice Anjel Valdés, el responsable del sello discográfico de Elkar. Por eso, Joselu Anayak han sido, son y serán indispensables. Berrosteguieta, Barakaldo , Gasteiz, Ortuella, Oñati, Lizarraga, Lukiano, Araia, Altsasua y Mutiloa les esperan en junio. Después... la lista es demasiado larga. “Al principio sí era más duro marchar y dejar a la familia, pero con los años todos nos hemos acostumbrado a estar así”. La música no puede detenerse. La diversión y el baile tampoco.