Vitoria - El pintor y escultor Antonio López considera que el arte figurativo no recibe el apoyo del Gobierno ni de las instituciones ya que el “mundo oficial” respalda otro tipo de creaciones artísticas, y apela a incorporar a las personas “más preparadas” a la enseñanza de las Bellas Artes. Así lo expresó ayer en una nueva visita del creador de Tomelloso a la capital alavesa, respondiendo a la invitación realizada por la asociación Raíces de Europa.

En concreto, el pintor se encontró con otros artistas en particular y el público en general en el Aula Fundación Vital (Dendaraba), auditorio que se quedó pequeño para dejarse llevar por las palabras de López sobre su trayectoria personal y profesional, así como el panorama actual del sector artístico.

El pintor manchego, uno de los mayores representantes del arte figurativo de los siglos XX y XXI, y autor de lienzos como Madrid desde Torres Blancas y La familia de Juan Carlos I, y de esculturas como Día y Noche ubicadas en la estación madrileña de Atocha, confesó ser un hombre “afortunado” al que le gusta “mucho” su trabajo y que se siente reconocido en España. “No pido más, pido seguir trabajando y de vez en cuando vender una pintura para poder vivir”, reconoció López, quien sin embargo cree que la figuración no es “el arte apoyado por el Gobierno ni por las instituciones” del Estado.

“Si hay que mandar a alguien a la Bienal de Venecia no es a ninguno de nosotros y si se compra un cuadro en el ayuntamiento tampoco. En el mundo oficial se apoya otro arte que no es la figuración”, afirmó en su estancia en la capital alavesa el máximo exponente del hiperrealismo y del llamado “realismo mágico español”, quien sin embargo no echa en falta ese respaldo porque la vida le ha dado “mucho” y todo no se puede tener.

El premio Príncipe de Asturias de las Artes 1985 pensó también que la enseñanza del arte debería impartirse por la “gente más preparada”, porque, aunque no se puede generalizar, “los que enseñan arte no son los mejores pintores desde hace mucho”. “Picasso no estuvo en la enseñanza, ni Dalí, ni Miró”, recordó López, quien admitió que éste es un problema que no sólo afecta al Estado, pero abogó por tratar de “incorporar” a autores reconocidos a la enseñanza con visitas o talleres cortos con los estudiantes.

Respecto a los efectos de la crisis económica en el arte, López, nacido en 1936, señaló que su experiencia vital le lleva a considerar que siempre ha habido crisis en esta disciplina porque “siempre han faltado cosas”. “Siempre ha habido grupos de pintores que no han estado favorecidos, que lo han pasado mal, que se han tenido que marchar de España a otros lugares. Para todos nunca ha habido, tampoco todos son buenos”, añadió el artista manchego.

Sobre sus actuales proyectos, López trabaja ahora en cerca de 70 obras, entre esculturas y pinturas, entre ellas sendas vistas de Sevilla y Bilbao, en las que avanza en verano e invierno, respectivamente, y que le llevan a viajar ocasionalmente a ambas ciudades.

Aseguró que hace tiempo que no se fija fechas, tampoco en el trabajo, de hecho le llevó 20 años finalizar La familia de Juan Carlos I (1994-2014), un lienzo que volvería pintar “encantado” porque “ha sido una de las experiencias más interesantes” de su vida, “con independencia de cómo haya salido”.

López aseveró que para él empezar una obra es un “placer”, gestar el trabajo en su mente y ponerlo en marcha lo considera “una cosa preciosa”. Después, “¿cómo se quede el trabajo? Pues como Dios quiera”, comentó.

El pintor manchego valoró también el placer de conectar con el público, con gente que “a lo mejor no sabe mucho” de pintura pero que son personas “sensibles”, que “agradecen” su trabajo, como sucedió ayer por la tarde en la cita llevada a cabo en Gasteiz. - Efe/DNA