el 30 de noviembre de 1966 comenzaba en Bizkaia una huelga que se convertiría en símbolo de la lucha obrera y un desafío a la dictadura de Franco. Cientos de trabajadores de la empresa Laminación de Bandas en Frío de Etxebarri comenzaron un paro que llegó a provocar que el militar decretase el Estado de Excepción en la zona para terminar con el cese de actividad, que alcanzó los 163 días.

Con motivo del quincuagésimo aniversario de la histórica huelga, Doxa Producciones, en colaboración con EITB, ha rodado un documental para recordar cómo fueron aquellos meses para los trabajadores. Dirigido por Larraitz Zuazo, el equipo ha recorrido los municipios de Etxebarri, Basauri, Bilbao y Barakaldo, localidades donde sucedieron los principales acontecimientos de la huelga, y ha contado con la participación de personas que tomaron parte en el mismo, de sus allegados y de historiadores.

Larraitz Zuazo recuerda que la idea de llevar a cabo este trabajo partió de la iniciativa de Iñigo Sancho, estudiante de Comunicación Audiovisual de la UPV/EHU y nieto de uno de los huelguistas, que, junto a algunos de sus compañeros de facultad, creó un cortometraje y un proyecto documental sobre estos hechos. Ahora el grupo de alumnos se ha integrado en el equipo que ha grabado esta producción y que estará lista para emitirse el próximo mes de mayo en EITB. “Es una experiencia muy buena para ellos, sobre todo en el caso de Iñigo porque lo que empezó como un proyecto personal ahora se ha convertido en un documental, un trabajo que está siendo muy enriquecedor”, señala.

“Iñigo está feliz, puede ver cómo ha crecido su idea y va a convertirse en un documental en el que, además, tanto sus compañeros como él han podido formar parte del equipo técnico”, agrega Zuazo. El grupo se completa con la intervención de Juantxu Beloki en el área de fotografía; Koldo Jones como director de arte; y Xanti Salvador, quien es el encargado de la posproducción de sonido.

En cuanto a la elaboración de las secuencias, la directora señala “la gran suerte” que han tenido al grabarlo en este momento, ya que han podido contar con muchos de los participantes de la huelga: “A los que les hemos propuesto participar han estado casi todos encantados. Ellos fueron los grandes protagonistas de un hecho histórico que recuerdan ahora, justo cincuenta años después”. 163 días tratará de indagar en cómo aguantaron los trabajadores de la empresa de Bandas durante tantos meses en paro, decisión que tomaron después de que sus directivos hubieran desestimado sus reivindicaciones, ya que estaban molestos porque la dirección había disminuido su retribución salarial y aumentado su ritmo de trabajo.

A este respecto, Larraitz Zuazo narra que “se organizaron de tal manera, que no solo en la fábrica de Bandas, sino en las empresas colindantes también, se unieron todos para ayudar a los trabajadores. Lo hicieron de tal forma, que eso marcó una manera de luchar de cara a los siguientes paros”. Para la directora, aquella reivindicación contrasta con la situación que vive hoy la sociedad, donde “ya no se lucha así. Se creó una gran solidaridad con esta huelga, ya que todas las empresas de alrededor hacían recolectas para ayudarles. La lucha hoy en día, si existe, es mucho más individual. Todo aquello ha cambiado mucho”.

La supervivencia de esos obreros durante 163 días es el tema principal de este documental, aunque contará con varios expertos que describirán el contexto que se estaba dando en Bizkaia en aquellos tiempos. “Hay que entender muchas cosas que estaban pasando en nuestra tierra en aquel entonces, y otras que habían ocurrido poco antes”, subraya Zuazo. A este respecto, hay que recordar que ocho años antes, en Asturias, en el sector de la minería, se habían producido numerosas protestas que había desafiado en varias ocasiones a la organización sindical franquista con el nombramiento de sus propios representantes al margen de la ley. “Es decir, se unieron muchos factores diferentes para que resistiesen tanto tiempo”, puntualiza Zuazo.

La huelga siguió su curso y a principios de 1967 fueron despedidos cientos de trabajadores, pero ni este hecho, ni las numerosas detenciones que se llevaron a cabo, les hicieron echarse atrás, e idearon nuevas actuaciones. Se encerraron durante tres días en el comedor de la empresa hasta que fueron desalojados por la Guardia Civil, y comenzaron a repartir las octavillas, que eran impresas clandestinamente en distintas parroquias para informar de cómo transcurría la huelga.

Franco terminó por decretar el Estado de Excepción el 22 de abril de 1967 y ordenó nuevas detenciones y destierros de trabajadores que habían participado en la movilización. El paro terminó desconvocándose el 20 de mayo de 1967 y los empleados tuvieron que presentar un escrito solicitando su reincorporación a la empresa, aunque su resistencia se convirtió en un símbolo de la lucha obrera.

Un tema por descubrir Larraitz Zuazo asegura que “no nos podemos hacer a la idea de lo que significó aquello. Es un tema desconocido para muchos de nosotros. Yo misma tengo que reconocer que no tenía muchos datos. Sin embargo, me pareció un tema apasionante. Si no te ha tocado de cerca, son temas que se van perdiendo”. “Hay que recuperar y devolver a la memoria colectiva aquellos hechos, porque esos trabajadores hicieron mucho por la sociedad”, concluye la directora.