barcelona - La lluvia que cayó de forma intermitente durante todo el día en Barcelona no amedentró a los seguidores de las viñetas que agotaron las entradas para entrar ayer sábado al Salón internacional del Cómic, un hecho que no había ocurrido en las 35 ediciones anteriores del certamen. El año pasado el salón cerró sus puertas con más de 118.000 visitantes, una cifra que todo hace presagiar se superará en este 2017.

Ya a primera hora había largas colas bajo los paraguas para poder comprar los tickets y acceder al recinto instalado en Fira Montjuic, cerca de 50.000 metros cuadrados donde hay instalados casi 200 expositores y una docena de muestras. - Efe