Madrid - De las “zonas temporalmente autónomas”, construidas en los márgenes de los preceptos sociales, nacen las vanguardias y en esos espacios, dicen, han intentado habitar Los Planetas siempre, “aunque lo consiguieran a medias”, fusionando modernidad y tradición y alumbrando una “música cósmica andaluza”.
“El flamenco tiene una cuota enorme en nuestra cultura, es fundamental, por mucho que nosotros seamos deudores de la música más urbana, del rock and roll, y hay que reconocer de dónde vienen las cosas”, reivindica el compositor y vocalista de la banda, Juan Ramón Rodríguez, más conocido como Jota.
Siete años han tardado los granadinos, puntal de la escena indie estatal, que prácticamente acuñaron ellos, en publicar un nuevo disco de larga duración, al que han dado en llamar como la teoría filosófica desarrollada por Hakim Bey en 1991. Zona temporalmente autónoma (El Volcán) se publicó ayer con un esquema sonoro más pop accesible que en algunos de sus últimos trabajos, quizás por sus “armonías más europeas y menos orientales”, pero sin olvidar ni de lejos el influjo rítmico del flamenco, que sigue presente.
Aunque el grueso de sus catorce canciones se gestó el pasado año, algunos de los temas datan incluso de 2010, año en el que lanzaron su último LP, Una ópera egipcia.
Soleá Morente es una de las dos invitadas del disco, aportando su voz a Una cruz a cuestas. La otra es, La Bien Querida, “que lo hace divinamente” en Espíritu olímpico, apunta Jota. “Sentimos que pertenecemos a una corriente cultural que sigue vigente, que se va abriendo paso poco a poco y que cuenta cada vez con más seguidores”, afirma el músico sobre la posible huella dejada por su grupo desde que en La leyenda del espacio (2007) se nutrieran del flamenco para componer.
De manera inspiracional, también aparece en el disco el que está considerado como uno de los padrinos nacionales de esa deslenguada variante del rap llamada trap, Yung Beef. Lo hace en Islamabad, el primer corte y probablemente el “más potente, provocador y efectista” del disco, y ellos lo saben. “Me encantaba (Ready pa morir, el tema de Yung Beef) y un día, jugueteando con unos acordes y el fraseo, me pareció muy interesante utilizar la métrica del rap, en la que caben muchas palabras y conceptos más complejos”, explica Jota. Ese Islamabad, añade, “intenta explicar un poco todo el sentido del disco”, que avanza como “una narración sentimental” desde las primeras canciones, más oscuras, correspondientes a los estados de ánimo de las primeras fases, hasta “una zona temporalmente autónoma donde estás más a gusto y nos entendemos mejor”.
Antes de los conciertos que ofrecerán en verano en unos pocos festivales, incluida su décima visita al Festival Internacional de Benicà-ssim (FIB), ofrecerán cuatro únicos conciertos en salas: Barcelona (21 de abril, sala Apolo), Madrid (27 de abril, Circo Price), Valencia (18 de mayo, sala Moon) y Granada (25 de mayo, Palacio de Congresos).