madrid - Desde 1985 las activistas feministas estadounidenses Guerrilla Girls denuncian la escasa presencia femenina en el mundo del arte. Y hoy, cuando solo un 18% de mujeres forman parte de la colección permanente de los museos de arte contemporáneo más importantes de España, queda mucho por hacer.
Según datos del informe MAV16, de Mujeres de las Artes Visuales, estas cifras profesionales se invierten totalmente en el plano de los estudios artísticos, ya que las mujeres que estudian Bellas Artes alcanzan más de un 60% frente a los hombres. También en el caso de ARCO, la feria de arte contemporáneo más internacional en España, las artistas siguen siendo las grandes ausentes, ya que solo el 25% de los 3.700 artistas de ARCO 2016 fueron mujeres, y de ellas a penas un 4% fueron españolas.
Las galerías latinoamericanas cuentan en este caso con el mayor porcentaje de mujeres artistas, un 31%. Y de las 71 galerías españolas que participaron, según el citado informe, solo 17 estaban dirigidas por mujeres. “El mundo del arte tiene una asignatura pendiente con las mujeres artistas, en líneas generales vamos mejor y se están tomando iniciativas para cambiar estos porcentajes, tan poco favorable a las mujeres, y que darán su fruto, pero la realidad es que pocos museos cuidan esto”, explica Karin Ohlenschläger, directora de Laboral Centro de Arte y Creación Industrial. Ohlenschläger es una de las pocas mujeres que están al frente de centros medianos de arte o museos, como Nekane Aramburu en Es Baluard, o Elena Hernando al frente del Museo Lázaro Galdiano.
la lucha continúa En la misma línea se expresa la ensayista y académica de Bellas Artes Estrella de Diego. “Hemos avanzado mucho trabajando centímetro a centímetro, pero queda mucho por hacer. Solo hay que mirar a los museos más emblemáticos y ver cuántas mujeres están al mando de estos museos”, dice. De Diego pone el ejemplo de la exposición el pasado año de Clara Peeters en el Museo del Prado, que se anunció como la primera mujer a la que el Prado dedicaba una exposición. “Peeters ya estaba en el Prado -argumenta-, es un caso muy interesante, porque ella estaba con los bodegonistas y daba igual que fuera hombre o mujer, y lo normal es que esto no hubiera sido noticia, al igual que todavía sea que los grandes museos estén dirigidos todos por hombres, excepto la Tate Moderm, que la dirige la británica Frances Morris.
“Yo creo en la discriminación positiva, puede que se cuele alguna tonta pero cuantas se buenísimas artistas se han quedado fuera”, sostiene la académica, que cree que hay que seguir como en el 68. “La lucha continúa y continúa”.
Por su parte, la artista Blanca Muñoz (Madrid 1963) una de las escultoras más internacionales asegura que nunca se ha sentido discriminada en su trabajo por ser mujer, aunque reconoce que “para las mujeres vivir del arte ha sido siempre una misión imposible”. Y añade: “Creo que cada vez se ponen las cosas más fáciles, seguramente porque hay más medios y en mi caso como escultura de grandes piezas, que tiene un perfil físico más masculino, me siento una privilegiada porque siempre me he adaptado muy bien y con la ayuda necesaria”.
Lo que está claro, según datos del Laboratorio Permanente de Público de Museos del Ministerio de Cultura de 2009, es que las mujeres son quienes más visitan los museos, un 52,6%.