- No es la primera vez que el Fournier de Naipes de Álava se adentra en los teóricos dominios de su compañero de ubicación, el Museo de Arqueología, a través de la sala de exposiciones temporales. Ahora lo vuelve a hacer para presentar Chalkós. Grabado en los naipes, que va a permanecer abierta en el Bibat hasta el próximo mes de junio.
A través de las cinco partes en las que está dividida la muestra, que se completa con un audiovisual cedido por el Museo de Bellas Artes de Bilbao y una zona pensada para los visitantes más pequeños, la exposición parte de la centenaria colección alavesa para bucear en aquellas barajas realizadas con la técnica de calcografía durante el siglo XVIII. La intención, a través de los 40 ejemplares seleccionados, es, según explicó ayer la técnico Edurne Martín, mostrar como el grabado se convirtió en uno de los vehículos para propagar las nuevas ideas de la razón en el Siglo de las Luces y cómo así se procedía a divulgar diferentes conocimientos, desde musicales hasta geográficos.
“Hay que señalar la función educativa de los naipes, que en ocasiones constituyen verdaderos manuales o libros desencuadernados sobre estas materias. Hasta la aparición y perfeccionamiento de nuevas técnicas en el siglo XIX y XX, la reproducción y transmisión de imágenes era bastante limitada. Existían imágenes en láminas con grabados de artistas, ilustraciones de prensa y publicaciones, o a estampas religiosas, realizadas con distintas técnicas. En esta ocasión, las barajas expuestas están todas ellas realizadas mediante calcografía o grabado en plancha de metal”, según explicó, por su parte, la diputada de Euskera, Cultura y Deporte, Igone Martínez de Luna.
Desde barajas destinadas a las clases populares hasta cartas de lujo, la exposición realiza un viaje por distintas temáticas, a lo que se une, por ejemplo, la presencia de algunas de las herramientas que se utilizan para realizar las barajas.