madrid - Libertad, sensualidad y calidad fue el lema oficial de Andrés Sardá que subió a la pasarela de la Fashion Week Madrid su particular revolución lencera con rústicos bustier de rafia, conjuntos de tul y seda o miriñaques de latón dorados con tules y encajes de chantilly, unas prendas tan osadas como enérgicas.

La pasarela vivió una revolución francesa abanderada por la actriz Victoria Abril, quien abrió el desfile con ropa interior inspirada en el siglo XVIII y lo cerró encarnada en una María Antonieta en el Palacio de Versalles.

Con las primeras salidas, la directora creativa de la firma, Núria Sardá, quiso rendir un homenaje al pueblo que se sublevó con una lencería de aspecto sencillo en el que camisas blancas de popelín juegan con corsés de arpillera o bustiers de rafia.

Después adquirieron protagonismo la lencería con reminiscencias militares, un abanico de prendas con carácter más guerrero, más revolucionario. En la última parte del desfile llegaba el momento de la lencería aburguesada, con espíritu de fiesta; “son prendas más románticas, delicadas y sensuales”, explicaba Núria Sardá, quien propone conjuntos lenceros de tul flocado y encajes de chantilly, cuajados de lazos.

Antes, Moisés Nieto, encargado de abrir la segunda jornada de desfiles de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid (MBFWM) en Ifema, presentaba una colección con la que viaja a la estética de David Lynch y, en particular, al universo oscuro y dual que representa la película Mullholand Drive, en la que se sumerge para rescatar dos tipos de mujer diferentes. “Dos mujeres que se intercambian, con diferentes personalidades, y que me han permitido hacer lo que quiero y no lo que quiere el sistema”, desvela el diseñador jienense.

Una colección oscura, pero que vibra con rojos y azules, y con el brillo en los textiles, “como de asfalto de carretera”, en la que las siluetas definen dos tipos de mujer “muy femenina y sensual”, pero diferentes: una “más niña”, dibujada con líneas evasé, apunta Vidal, mientras que, como contrapunto , la otra va dirigida a una mujer más “construida, con más experiencia, más vivida”.

Después de seis años, Moisés Nieto vuelve a presentar una colección masculina con tintes unisex, tal como se está viendo estos días en la pasarela, donde se sumó, una vez más, a la tendencia “Lo veo, o quiero”, con una bufanda extra larga que se podía adquirir en el momento por sesenta euros.

pieles Por segunda vez, Miguel Marinero junto a su hijo, Nicolás, ha construido una colección en la que el textil eclipsa a la piel, aunque ambas conviven con elegancia.

“El textil no condiciona la piel, la tradición peletera evoluciona, se adapta a las nuevas necesidades”, desveló Marinero, a la vez que mostró un abrigo de zorro plateado con tiras de napa en oro, plata y negro, una prenda formada por más de cien piezas de piel unidas formando una espiga. En esta ocasión, Marinero presentaba un trabajo en el que fusiona la estética barroca española del siglo XVII con los patrones de los años 80 y la iconografía y los colores de Las Meninas de Velázquez. ¿El resultado?: una serie de piezas de siluetas “sensuales, esbeltas y elegantes” confeccionadas en sarga de algodón, seda, terciopelo y lana que en ocasiones se bordan y aderezan con lentejuelas, prueba de ello es un vestido de noche de gasa de seda con una única manga y escote asimétrico. En la pasarela se vieron prendas ambiciosas y bien trabajadas que respiraban aire fresco como las sudaderas de neopreno o un esmoquin de piel de ternera, así como un abrigo de cuadros masculino en colaboración con la firma Lander Urquijo.-DNA