bob Dylan ni está en Estocolmo ni se le espera. El legendario cantante no acudirá a la gala de la entrega de los premios Nobel y ha enviado su discurso escrito para que sea leído en el transcurso de la cena que hoy se celebrará en la capital sueca.

El 13 de octubre se esperaba la decisión de los académicos de Estocolmo sobre el premio Nobel de Literatura. El anuncio no se hizo esperar y la sorpresa se instaló en el mundo editorial. Esta vez Estocolmo lo puso fácil, no había que indagar para buscar quién era, de dónde venía y a dónde iba el nuevo Nobel, era alguien conocido, muy conocido, el cantante americano Bob Dylan.

Esta decisión levantó ampollas en unos y regocijo en otros, incluso se pensó que el cantante no aceptaría el premio. Tardó dos semanas en contestar afirmativamente y aseguró que iría a recogerlo si su agenda lo permitía. No ha sido así. De esta forma, el cantante se suma a los otros tres premios Nobel de Literatura que no asistieron a su entrega: Elfriede Jelinek (2004), sentía fobia a los actos sociales; Harold Pinter (2005), estaba hospitalizado, y Doris Lessing, se sentía muy mayor.

El premio a Dylan seguirá dando que hablar y es ya historia de la Literatura, pero ¿qué opinan escritores y cantantes sobre esta decisión de la Academia de Estocolmo? DNA ha preguntado su opinión a Kirmen Uribe, Santiago Posteguillo, Clara Sánchez, Juan Manuel de Prada, Ruper Ordorika, Pedro Ugarte y Félix G. Modroño. No se rasgan las vestiduras, aunque los puntos de vista son muy diferentes a la hora de enjuiciar o analizar el porqué de este galardón a alguien que no ha publicado nunca un libro.

“Es un poeta. No sé si diría que Bob Dylan es un gran músico, pero sí es un gran escritor”, piensa Kirmen Uribe. “No me molesta que le hayan dado el Nobel a un cantante, me sorprende que le den el Nobel de Literatura a alguien que no ha escrito nunca un libro”, comenta el escritor bilbaíno Félix G. Modroño. “La concesión del Nobel a Dylan ha generado polémica, pero yo creo que esto solo señala la existencia de un problema mucho mayor”, dice Pedro Ugarte. “Aunque resulte controvertido, es un premio que reconoce que la literatura y la música han ido de la mano muchas veces”, explica Santiago Posteguillo.

“Creo que la Academia de Estocolmo ha querido premiarse a sí misma”, explica Ruper Ordorika. “Independientemente de las consideraciones que nos pueda parecer la música de Bob Dylan, en el fondo este premio Nobel lo que muestra es la irrelevancia del escritor tal y como lo hemos concebido a lo largo de dos siglos, XIX y XX”, concluye Juan Manuel de Prada.

“No me preocupa el purismo de este premio”

La escritora Clara Sánchez es escueta y resume en tres frases su opinión: “No me parece ni mal ni bien. No me preocupa el purismo de este premio. Puede que no sea el peor Nobel que se ha concedido”.

“Es un homenaje a los que cantan poemas”

“El premio de Nobel de Literatura de este año rompe con la idea de que la poesía es solamente aquello que está en los libros de poemas. Creo que es una idea errónea, la poesía puede ser expresada oralmente, publicada de diferentes maneras, no solo en libros. Dylan ha explorado otras maneras de difundir la poesía. También es cierto que a él el dinero del premio le da igual, la repercusión supongo que también. Aún así han sido muy valientes en darle el Nobel, creo que es un homenaje a esa generación que en los 60 y 70 empezaron a cantar poemas. La poesía de Dylan es muy buena poesía”, dice Uribe.

“Hay escritores que lo hubieran merecido más”

En opinión de Modroño, “sus letras son fantásticas como canciones. Creo que hay escritores que se lo hubieran merecido muchísimo más. Por los menos de Bob Dylan me conozco todas las canciones. Creo que este Nobel ha suscitado polémica porque es conocido por todo el mundo, cuando se lo dan a un escritor raro de estos países exóticos y que no conocemos nadie, ni nos lo planteamos”.

“Señala la existencia de un problema mayor”

La concesión del Premio Nobel a Bob Dylan ha generado mucha polémica, pero yo Pedro Ugarte cree que “esto solo señala la existencia de un problema mucho mayor. ¿Realmente es posible que unos cuantos señores, en Estocolmo (o en cualquier otro lugar), tengan información y criterio suficientes para evaluar con solvencia la literatura contemporánea universal, examinar todas las lenguas, todos los géneros, todos los recursos expresivos y dictaminar, con absoluta seguridad, qué autor puede merecer, cada año, un reconocimiento tan global y abrumador? Creo que no es posible. A partir de esa evidencia, el premio cuenta con la legitimidad de la tradición y de la historia? pero ninguno más”.

“Retrató los años 60 como nadie”

Posteguillo imparte una asignatura de Literatura en la Universidad Jaume I de Castellón, se llama Literatura Anglonorteamericana y su relación con otras artes. “Ahí, estudiamos literatura y música y siempre vemos a Dylan. Les he dicho muchas veces a mis alumnos que algún día le darían el premio Nobel. Este año mis estudiantes creen que soy adivino. En serio, aunque resulte controvertido, es un premio que reconoce que la literatura y la música han ido de la mano muchas veces. En la Grecia o la Roma Clásica, ya se componían poemas para ser cantados. En la Edad Media los juglares recitaban y cantaban poemas. Las canciones de Dylan son una continuación de esa conexión entre literatura y música. Puede ser controvertido pero no es ninguna locura. Me parece que Dylan retrató los años 60 del siglo pasado como nadie”, asegura.

“Cantantes como él están fuera de dudas”

“Una persona como Dylan, que con 75 años hace cien conciertos al año llenos de gente ni es más ni es menos por un premio Nobel. Dicho esto, cantantes como Dylan están fuera de toda duda desde la parte de escritor de canciones. Que hay otros muy buenos, no tengo dudas, por eso los premios son tan arbitrarios. Que un premio es arbitrario es el primer punto de partida, también injusto a veces. Es un tema muy complejo. Hay un apartado que no conviene olvidar, Dylan escribe en inglés, es judío y tiene una serie ingredientes que en el mundo actual son importantes”, explica Ordorika.

“Es síntoma de despego hacia la Literatura”

Según De Prada, “un escritor era un referente intelectual, un referente moral, era de alguna manera quien daba voz a muchos que no la tenían. Este modelo, en esta sociedad en la que no hay referentes, se está desvaneciendo. Este conciliábulo que son los suecos de la Academia lo que busca es la repercusión mediática. Y lo que hacen es estirar el concepto de escritor. Este año se lo han dado a Bob Dylan, pero el año que viene se lo pueden dar Woody Allen, a Pedro Almodóvar o los guionistas de la serie de éxito. Esto es un síntoma de que hay un desapego hacia la literatura. Lo que se nos está diciendo es que el literato, entrecomillas, de los siglos XIX y XX es un modelo periclitado, en fase de derribo. Para un escritor debe ser un motivo de preocupación o nos están diciendo que el escritor se tiene que reciclar”.