Vitoria - Será Lukiek quien ponga en marcha la noche, para después recibir a Zea Mays. Mañana, la capital alavesa y el cuarteto vuelven a verse las caras en un concierto que tiene sus entradas a la venta por 10 euros en anticipada y 12 en taquilla. Eso sí, antes de tomar la Jimmy, Aiora Renteria estuvo el lunes en Vitoria para encontrarse con DNA.
Tenemos nueva criatura entre los brazos.
-(Risas) Sí, la octava ya.
¿Cómo hace el grupo para seguir manteniendo una emoción que no le lleve a caer en lo funcionarial?
-Es muy fácil. Nosotros, además, nunca dejamos de estar juntos. Somos amigos. A partir de ahí siempre hemos tenido claro que debes hacer las cosas que te satisfacen y buscar la chispa. ¿Cómo se busca? Arriesgando, no acomodándote y no enganchándote a la monotonía. Por ejemplo, cuando nosotros vimos que los temas hechos con batería, bajo y guitarra funcionaban, empezamos a meter cositas que no controlábamos: sintetizadores, teclados, programaciones... Hemos ido jugando con eso. Esta vez, el salto ha sido que eso lo hemos hecho nosotros, es decir, que hemos compuesto con bases de sintetizadores, con programaciones hechas por nosotros para después meter guitarras, voces y demás. La cuestión es buscar la chispa que te haga feliz y nosotros la hemos encontrado haciendo algo que no controlábamos. Con Harro, como en ocasiones anteriores, nos hemos ido al precipicio y nos hemos tirado, aunque haya habido momentos de susto.
En un estudio, uno puede hacer muchas cosas, pero...
-Y en el directo está todo. Siempre ha habido bandas de rock que han llevado sintetizadores y ordenadores escondidos. Nosotros hacemos igual, utilizamos todo lo que está en nuestra mano para hacer un directo potente, más allá de que la base es la base: batería, guitarra, bajo y voz.
¿Se acuerda algo de la grabación del primer disco (‘Zea Mays’)?
-De todo. Estuvimos en Lorentzo Records con Batiz como técnico. Estábamos en el turno de mañana y coincidíamos con los Brutal Thin, que estaban en el turno de noche, así que nosotros teníamos que dormir en otro sitio. Fue una gozada y un privilegio. Además, teníamos un contrato discográfico, estaba todo pagado y nos sentíamos unas estrellas del rock (risas). Aprendimos muchas cosas porque como la banda se había formado un año y pico antes y no teníamos ni idea de lo que era estar en un estudio.
Es un álbum que ya es mayor de edad. ¿Ha soportado bien el paso del tiempo?
-Es una definición de un momento de tu vida y como tal merece la pena. Es como cuando ves una foto tuya de hace años, que te ves y dices: pero qué pintas me llevas pero qué bien estás. Y cuando ves esa imagen, ¿qué ropa llevas? Pues la de ese momento, es lógico. Con el disco, igual. Hay temas que son increíbles, por supuesto. ¿Ahora lo haríamos igual? Es que ahora hacemos Harro, que es otra cosa. Y hay cosas con las que te entra la risa. ¿Eso es malo? No, es entrañable y bonito, como cuando miras esa foto de hace 20 años. Estamos orgullosos de aquello porque es lo que nos ha conducido a esto.
Hay público que ha crecido con el grupo.
-Hay gente que sí y hay gente que no, como en la vida. Hay personas que te acompañan en un momento de tu camino y ya está. Nosotros nos encontramos con espectadores desde los tiempos de la maqueta pero sabiendo que hay personas que han llegado después o que se marchó en su momento. Nosotros, al principio, hacíamos conciertos muy intensos para muy poca gente. A esos 20 que estaban, les dabas un concierto personal. Eso se queda marcado. Y te dicen: ¿ahora vengo y os tengo que compartir con todos estos? Pues no me apetece. Ya está, no podemos evitarlo. Además, hay una cuestión de gustos, hay cosas que te dejan de entrar como antes y punto. Nosotros lo que tenemos claro es que nunca hemos querido hacer más de lo mismo porque eso nos aburriría.
Cuando el público termine de escuchar ‘Harro’ en casa, tiene que pasar...
-Sólo esperamos que la gente lo escuche de principio a fin y lo tenga que volver a poner. Hay mucho que asimilar. Son 15 temas en los que hay de todo, en los que tienes canciones para llorar, para reír, para saltar, para... Es un buen disco también para ir en el coche, sobre todo si el trayecto es largo.
Ahora llegan los directos.
-Hombre, estamos en la presentación del disco y la mayoría de las canciones que tocamos son de Harro, aunque llevamos 20 años y hay una serie de temas que sabemos que no podemos dejar de tocar. Así que están siendo conciertos muy completos, con toda la fuerza y el máximo que podemos sacar.
En 2017 Zea Mays cumplirá 20 años y seguro que habrá conciertos especiales y estas cosas...
-Tenemos un montón de planes que ya veremos si salen adelante (risas).
... ¿pero habrá una celebración íntima entre los cuatro juntos?
-Es que lo de tomarnos unas cervezas o quedar para cenar lo hacemos de manera habitual (risas). Bueno, ahora ya no quedamos solo para tomar cervezas, primero hay que comer algo. La edad también te hace esos cambios (risas).