oviedo - La gran dama del teatro español Nuria Espert aseguró ayer que en “un país no muy culto, como es éste”, los políticos tienen tiempo para poner en cuestión y hablar de todo, “menos de cultura, y sólo de pasada, de la educación”, que, en su opinión, es el mayor problema de España.
La política es un “desastre total y absoluto”, señaló esta reconocida actriz que considera que los políticos están muy equivocados al pensar que la cultura no les da votos. “Afortunadamente, en España, que no es un país muy culto, son millones de personas las que necesitan la cultura para vivir”, subrayó Nuria Espert tras reconocer que ella nunca llegaría a ser una buena ministra de Cultura, porque “tendría una mano muy ancha, trataría de espolear la creatividad y apostaría por caminos nuevos y diferentes al teatro convencional español”.
Actriz, directora teatral y escenógrafa internacionalmente reconocida, Espert ha sido galardonada este año con el Premio Princesa de Asturias de las Artes por ser una de las más eminentes figuras de la escena mundial. Esta catalana nacida en Hospitalet de Llobregat en 1935 y afincada en Madrid, que lleva actuando y dirigiendo montajes de ópera y teatro desde los 12 años, recibirá hoy este galardón de manos del rey Felipe en Oviedo, donde ayer mantuvo un encuentro con los medios de comunicación sin rehuir ningún asunto. Reconoció que este es un momento políticamente histórico para España, “donde pasan montones de cosas que no se están desarrollando de forma nada inteligente y que están poniendo de manifiesto una falta de educación democrática y política”.
La veterana actriz, también reconocida por sus montajes de ópera, especialmente en Londres, criticó tanto el “brexit” y la “cruel publicidad” que utilizaron para salirse de la UE como los impuestos que gravan las artes escénicas. En su opinión, debería evitarse que el teatro se grave como a los diamantes y tener una fiscalidad igual o inferior a la que tiene la educación. Tras asegurar que, “cuando una persona se desarrolla educativamente y llega al disfrute del teatro, es como si hubiese cerrado un ciclo mágico que le protege de la realidad cotidiana y se la hace comprender”, Espert afirmó que el Princesa de las Artes le ha “hecho muy feliz”, pero también a “la gran familia que es la gente del teatro”. “Es un premio al teatro. Lo digo convencida y sin una gota de modestia”, subrayó esta mujer, que a sus 81 años triunfa en los escenarios de Madrid con Incendios, un montaje de Mario Gas sobre la obra del libanés Wadji Mouawad. De hecho, señaló que una muestra de la importancia que da al galardón se ve en el hecho de que esta representación se va a interrumpir durante dos días para poder recoger el premio, algo inaudito en una profesión en la que ni siquiera se deja de actuar ni cuando se sufre un cólico nefrítico. “Allí arriba eres tú y no eres tú”, señaló la actriz catalana y recordó cómo, después de enterrar a su marido, subió “entera, no una sombra o un fantasma”, al escenario del Teatro Español de Madrid, donde estaba representando El cerco a Leningrado, de la que no se cancelaron funciones “porque era el único lugar donde podía respirar”.
Centrada en los últimos años en su carrera como actriz en obras como La loba o El rey Lear, Espert señaló que, tras unos años de crisis, los teatros ahora vuelven a estar abarrotados y que, al igual que al final de la etapa franquista el teatro cobró una vida que quizás no tenía desde el Siglo de Oro, ahora también ha dejado de dedicarse sólo a emocionar o dar placer, como se ve en el éxito que está teniendo Incendios. Para su protagonista, esta obra es “la mejor de la segunda mitad del siglo XX” y perdurará durante siglos porque habla del odio, la maldad, la sangre y las guerras, pero también de la apuesta por la paz.- Efe