los triunfitos fueron fenómenos sociológico que a punto estuvo de arrasar el negocio de la música pop en un ejercicio de mitomanía y explosión juvenil encandilada por historietas y vivencias de los dieciséis componentes de la academia bajo la supervisión de Noemi Galera, Nina y Poti, capaces de sacar petróleo de pozos cargados de voz pero sin estilo alguno, abundantes carencias técnicas y nulo dominio del escenario.

Hoy quince años después La 1 ha desarrollado un proyecto de recuperar la historia de lo que fue y para ello, se ha montado con Gestmusic tres capítulos de una historia escrita a mayor gloria de quienes parieron el invento, los Mainat, y quienes lo plasmaron en variados personajes músico televisivos, desde Bustamante hasta Tenorio, o desde Rosa de España hasta Chenoa o Vero.

Todos juntos, todos reunidos y también uno a uno ante la cámara para desgranar recuerdos, satisfacciones y alguna sorda queja, que la cosa va de buen rollo colegial, y no es tiempo para la crítica que hay que pegar un pelotazo con el concierto de fin de mes.

La experiencia del casting, las actuaciones por parejas durante la estancia en la Academia, la aventura de Eurovisión por tierras bálticas, los fracasos tapados y ahora medio destapados, el triunfo rutilante de los más agraciados del curso, que viven opulentamente de la música son los hilos para trenzar el dorado cordón del éxito.

Ha sido el anunciado y ansiado reencuentro de los triunfitos que hasta puede ocultar lanzamiento mediático de una nueva Academia, nuevos concursantes y nuevo programa de tele con las ilusiones como cebo para los numerosos aspirantes a triunfitos. Puede ser este un formato a recuperar frente a La voz que tan buenos resultados están dando a Tele 5.