MADRID. Pasadas las cinco de la tarde han empezado a llegar los primeros participantes de esta sesión de cine "petfriendly", en la que cada mascota ha contado con dos asientos al lado de sus dueños, una golosina para animales y agua, simulando las tradicionales palomitas y bebidas refrescantes que se venden para "humanos" en los cines.
Adiestradores de la Fundación Affinity, organización que ha juntado fuerzas con Cinesa para llevar a cabo este proyecto, han entrado con los perros a la sala, a la que solo han podido acceder quienes tenían invitación para el pase, con el fin de estar durante toda la proyección a disposición de los asistentes y velar por el bienestar de los animales.
Aunque muchos de los presentes contaban con que además de estar con sus mascotas dentro de un cine iban a acudir al estreno de la película de animación "Mascotas", al final ha sido el largometraje "Ice Age 5" el elegido por la organización.
Esto no ha parecido importar a los asistentes, muy agradecidos y felices de contar, en esta tarde veraniega, con "iniciativas fresquitas" a las que poder acudir sin tener que dejar a sus mascotas en casa.
"Los perros son sociables, les encanta estar con sus propietarios y poder salir de casa con ellos.
Por eso hemos elegido a esta mascota y no a otra como pueden ser los gatos. Queremos que disfruten por igual perros y dueños" ha explicado Laura Rodríguez, responsable de Comunicación de la Fundación Affinity.
Familias enteras, niños de todas las edades y espectadores que iban solo acompañados por su mascota han llenado los pasillos de la sala encantados por haber recibido una de las 100 invitaciones que se han entregado y disfrutar de esta iniciativa que lucha por una "integración" necesaria.
A pesar de que los espectadores se han amontonado cerca de la entrada en poco tiempo, las cámaras de televisión y los muchos periodistas, los perros obedecían a sus dueños e incluso se ha podido ver a alguno darle algún que otro lengüetazo a los helados de sus amos.
La ilusión de los que recibían sus invitaciones y los asistentes ha chocado con la decepción de casi una veintena de personas, como Nacho y su perra Luz o Fátima con Arwen, que creyeron al leer la noticia en algún medio que podrían comprar entradas y se han encontrado con que no podían pasar.
"Pagamos las entradas o el triple. Esta iniciativa es maravillosa y nos gustaría poder vivirla junto a nuestros perros, igual que los que están invitados", ha comentado Nacho, que se sentía "engañado".
Aunque no se habían hecho pruebas en la sala, se había realizado un registro de las personas y perros que iban a entrar, para acomodar "con un orden" a las mascotas, en función de su tamaño y peso, y preparar los "snaks" y las bebidas para ellos.
Sobre si a ellas, las mascotas, les ha gustado la iniciativa, poco se sabe, aunque a sus dueños les pasarán una encuesta para que evalúen sus reacciones y la posibilidad de que sea algo más que una experiencia piloto.