Vitoria - Elefante Blanco, Gallery, Kinvara, One, The Group, Vaivén... o Mambolada. Da igual el nombre, el resultado siempre es el mismo: el cierre. Algo tiene esta esquina de la plaza San Antón que ni como sala de conciertos ni como discoteca (o mezcla de ambas fórmulas, que es lo habitual en su caso) termina de cuajar ningún proyecto a pesar de contar con un espacio y una ubicación que, sobre el papel, son puntos a su favor.

El pasado viernes, un concierto del grupo colombiano 3D Corazones puso el broche a la trayectoria de la última aventura empresarial llevada a cabo en este emplazamiento. En esta época se estaba potenciando el lado más relacionado con discoteca y sala de fiestas, aunque también acogiendo actuaciones musicales. Aún así, el camino se ha terminado ya, sin esperar siquiera a fechas señaladas como puede ser la noche anterior al Día del Blusa o las jornadas de fiestas de La Blanca. ¿Qué será lo siguiente? Habrá que ver, pero es indudable que la próxima iniciativa que se lleve a cabo aquí deberá pensárselo mucho y bien si no quiere terminar como sus predecesoras.

La situación no deja de ser curiosa. La antigua sala Elefante Blanco fue durante muchos años una referencia indiscutible para la capital alavesa. Allí dio, por ejemplo, su primer concierto en Vitoria el grupo Amaral, con menos de 40 personas presentes. O actuó The Offspring. O... pero fue cerrar sus puertas a finales del siglo pasado y empezó el calvario. El nacimiento de la asociación cultural Helldorado y la apertura de la sala Azkena (hoy Jimmy Jazz) hace justo 15 años fue la gran tabla de salvación de una ciudad que parecía abocada a despedirse de las actuaciones para aforo medio.

A estas dos referencias se sumó al poco tiempo Kinvara, el nuevo nombre para las tablas de la plaza San Antón y el proyecto que más tiempo ha durado en lo que va de siglo. Desde Dikers hasta Loquillo pasando por un largo etcétera, la música en directo volvió a tener aquí una casa, incluyendo actuaciones gratuitas los jueves, abiertas a grupos locales. Pero aquello tampoco funcionó. Después vinieron otros nombres como One, The Group, Vaivén, de nuevo Elefante Blanco... pero no hubo manera de que alguna de estas propuestas resistiese.

Ahora, a la lista de damnificados por la esquina maldita se une Mambolada, que se suma a la desaparición hace muy pocos meses de Cool, otra discoteca que, de manera más o menos regular, era espacio para conciertos. Es verdad que por el camino ha abierto Mitika (también con actuaciones musicales en directo y sesiones especiales de Dj), pero, con todo, da la impresión de que la capital alavesa no termina de dar en el clavo con uno de sus escenarios más venerados en otras épocas. Hoy Jimmy Jazz y Helldorado siguen su camino. En la plaza San Antón, en estos 15 años, se ha cambiado de nombre seis veces. ¿Cuál será el siguiente?. - DNA