Hoy sería impensable en una campaña electoral como la que ya está contando sus horas pero uno de los 200 carteles que desde ayer están presentes en la sala Fundación Vital reza un slogan en el que pide al posible votante que no se suicide (de hecho, el protagonista se encuentra al borde de un precipicio) y que vote a favor del nuevo estatuto vasco, aquel que se terminó aprobando ya iniciada la Guerra Civil del 36. Es una de las muchas curiosidades que acoge la exposición que se va a encargar de protagonizar el verano en esta sala de la plaza de los Fueros, una producción que parte de los fondos del Museo de Bellas Artes de Bilbao -donde en estos momentos bajan más que revueltas las aguas laborales- pero que, en el caso de Gasteiz, se completa con una selección de los fondos que guardan tanto la Fundación Sancho el Sabio como el Archivo Municipal Pilar Aróstegui y el Archivo del Territorio Histórico de Álava.

La muestra, bautizada Mensajes desde la pared. Carteles en la colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao (1886-1975), se pudo ver hace unos meses, sin el añadido local, en la capital vizcaína consiguiendo una respuesta traducida en más de 50.000 espectadores. Ahora llega a Vitoria con la intención de enseñar un pequeño abanico de unos fondos que arrancan a finales del siglo XIX con un anuncio taurino creador por Adolfo Guiard. A partir de ahí, el espectador puede hacer un viaje temporal y temático hasta llegar a mediados de la década de los años 70 del siglo XX, ya que es la muerte del dictador Francisco Franco y el inicio de la llamada Transición la frontera elegida por el comisario Mikel Bilbao. “Es que con lo que viene después se puede hacer otra investigación y, como mínimo, una nueva exposición”, sonríe.

El historiador, gracias a una beca, ha sido el encargado de profundizar en la colección vizcaína, encargándose de la aportación alavesa a la muestra Fernando Martínez de Viñaspre. De hecho, no es la primera vez que el Aula Fundación realiza una propuesta parecida; es más, incluso centrando su mirada en esos años del camino hacia la democracia con Antonio Rivera como guía. Pero dejando a un lado esos guiños ya realizados al cartelismo, en el caso actual el recorrido es testigo de unas maneras de vender aspectos como el turismo, las marcas comerciales, los actos deportivos y taurinos, las citas culturales y de ocio, las ferias y congresos, y los asuntos políticos (también bélicos). Todo ello a través de creadores como Jules Chéret, Théophile Alexandre Steinlen, Leonetto Cappiello, Paul Colin, Jean Carlu, Charles Loupot, Armando Testa, Rafael de Penagos, Federico Ribas, Emilio Ferrer i Espel, Aurelio Arteta, Antonio de Guezala... sin olvidar a los alaveses Obdulio López de Uralde y Carlos Sáez de Tejada.

Tanto por la formas como en los fondos son múltiples los significados y lenguajes que se contemplan en una exposición que permanecerá abierta al público hasta el próximo 18 de septiembre, una muestra que en su presentación también quiere jugar con la disposición del montaje para simular de cara al espectador que los carteles se encuentran en la calle, para donde fueron pensados, y no en los fondos de un museo o en una sala, como es el caso.