el azacaneado consumidor de la cosa audiovisual de nuestros pecados recibe de vez en cuando una reconfortante ración de innovación, creatividad y novedad cuando aparecen en la parrilla programas como el recién estrenado CCN (Comedy Central News), que es remedo y sátira del modo de hacer de los informativos estadounidenses, a los que martirizan, satirizan y ponen a caldo como ocurrió el pasado lunes con el estreno de un espacio de no más de diez minutos, emplazado en el prime time nocturno, de lunes a viernes, y que sigue la estela exitosa del Gran Wyoming en La Sexta con su consolidado El intermedio.

Presentado/interpretado por Antonio Castelo, que procedente de la cuadra Buenafuente encarna un personaje presentador punto hípster de tele que en vez de noticias ofrecerá monográficos sobre temas de actualidad; comenzó andadura televisiva ofreciendo un puñado de agitados y divertidos minutos sobre el atractivo anzuelo de la pornografía que llevó con soltura, gracejo y habilidad.

El hecho de emitirse en cerrado y previo pago limitará la andadura de este producto fresco, joven y poco habitual que no alcanzará audiencias millonarias como ha ocurrido en otros países, como Italia. Un espacio para chinchar, criticar e incomodar a todo pichi pata que pase por la pantalla y se someta al bisturí ágil y penetrante del equipo profesional que sustenta esta nueva oferta televisiva.

Con un estilo narrativo moderno y excelente postproducción, CCN evidentemente no es CNN, pero juega a cámara fija, busto parlante y veloz repaso de lo que ocurre. Una oferta interesante por ritmo, minutaje y velocidad expresiva. La locura satírica del programa de Castelo se prolonga en programación de Movistar Plus #0 con otro desmadrado Yutubers que remata la antología del disparate y las nuevas maneras de hacer tele, que a muchos molará y algunos espantará.