olite - Ignacio Aranguren Gallués, creador y director del taller de teatro del Instituto Navarro Villoslada, recibió ayer el Premio Príncipe de Viana de la Cultura, un reconocimiento por el que se mostró “muy honrado” y que quiso compartir “de corazón” con todo el teatro navarro.
Aranguren quiso destacar así ese teatro navarro, “profesional y no profesional, hecho en demasiadas ocasiones en circunstancias de travesía peligrosa, pero siempre por placer y en libertad”. También compartió el premio con los docentes, “a los que cada vez que acaban una clase no les suenan los aplausos, solo les suena un timbre”.
sin los reyes de españa La presidenta de Navarra, Uxue Barkos, hizo entrega a Aranguren del galardón en un acto que por primera vez tuvo lugar en el Palacio Real de Olite, espacio que remite al primer Príncipe de Viana, Carlos de Trastámara y Evreux, que vivió en el Palacio de Olite durante buena parte de su vida, y que, en su época, era uno de los castillos más lujosos de Europa. El premio no contó con la presencia de los Reyes de España, que no fueron invitados por el Gobierno de Navarra a esta edición.
Durante su intervención, Aranguren recordó un consejo que en sus inicios le dio un profesor más veterano, comparando la actividad de la docencia con la de un náufrago que lanza a otros náufragos adolescentes botellas con mensajes “plurales, llenos de preguntas, de ánimos y de propuestas de auxilio”.
En este sentido quiso dedicar también el premio “al profesorado joven y no tan joven que sigue corriendo el riesgo de sentirse náufrago”. “Que sepáis que sigo con nuevos proyectos y que os ofrezco un espacio para compartir con vosotros la isla de mi escenario y, si os hace falta, hasta mi chaleco salvavidas”, indicó.
Aranguren también recordó a “cuantas personas a lo largo de mis 35 años como creador y director del taller de teatro del Instituto Navarro Villoslada de Pamplona han colaborado desde dentro y desde fuera del centro, para hacerlo crecer”. Igualmente, citó a su familia, expresamente a su mujer, a su hija y a sus padres.
Posteriormente, subió al estrado Miguel Ángel García Andrés, del departamento de Literatura del instituto Plaza de la Cruz, que promovió la candidatura de Ignacio Aranguren al Príncipe de Viana y que citó unas palabras de Federico García Lorca sobre el teatro. “Un pueblo que no ayuda o fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo”, citó en euskera García Andrés, posteriormente traducido al castellano por el propio Aranguren.
En el acto de entrega del premio estuvieron presentes los consejeros y consejeras del Gobierno, las principales autoridades políticas e institucionales de la Comunidad Foral, representantes de todos los partidos políticos, los integrantes del Consejo Navarro de Cultura, y la familia y amistades del premiado.
El estrado presidencial se situó bajo la torre de la iglesia de Santa María, ornado por el pendón del Principado de Viana. Aranguren recibió un diploma con grabados al agua del Príncipe Carlos y de Olite.
El acto comenzó con el himno de Navarra, interpretado por el conjunto de trompetas y timbales de la Banda de Música de Olite, al que siguió la alocución de Alfredo Sanzol, dramaturgo, actor y director teatral, y discípulo del galardonado, quien hizo una laudatio de Aranguren. - E.P.