“Espero que la gente que vaya a venir el viernes acuda con energía; de hecho, le recomendaría al público que descanse bien antes porque vamos a estar bailando, saltando y cantando. Las fiestas de Harresian Zulo son de las que exigen”, ríe Txabo Gómez, aunque sabe que, más allá de la broma, los conciertos del grupo nacido en Gasteiz hace algo más de una década son siempre actuaciones especiales. Para empezar, por las propias características de una banda multitudinaria que tiene en la fusión de las culturas vasca y senegalesa la base fundamental de su propuesta musical. Para seguir porque hace más o menos un año que la formación no se encuentra con el respetable y hay ganas. Muchas.

En concreto, la cita será este día 6 en una sala Jimmy Jazz que abrirá sus puertas a las 21.30 horas estando las entradas disponibles por 5 euros en venta anticipada. Allí el grupo ofrecerá dos novedades significativas, que son, además, las que han motivado este paréntesis de un año de cara al público. Por un lado, sobre las tablas se encontrará Alioune Badara Mbaye (Badou), quien se ha incorporado a la banda tras la salida, por compromisos laborales, de Pascal Francois Dione. Esa modificación hizo que 2015 “fuera extraño”, abriéndose un periodo de adaptación que “ha sido bastante natural porque, entre otras cosas, Badou es un fiera tocando y nada más llegar nos tomó la onda, cómo sonamos y nos lo pasamos”.

Eso sí, su llegada también se tradujo en algunas cambios de roles internos que han derivado en la segunda gran novedad que el público disfrutará el viernes: nuevos temas. “Vamos a hacer una mezcla entre las canciones anteriores y las que hemos estado trabajando ahora para que la gente vea la nueva etapa del grupo pero sin que se encuentre con un Harresian completamente diferente. Creo que va a gustar, que los temas más recientes muestran que la esencia sigue pero que hay sonoridades distintas”.

Gómez reconoce que la actuación en la Jimmy -“una sala muy especial para nosotros”- va a suponer un regreso a los directos que están esperando con ilusión, aunque tampoco “tenemos que quitarnos muchas telarañas; tenemos muchas ganas de subir al escenario, pero estamos todo el día tocando y bailando con cualquier excusa así que no nos va a costar mucho volver”. En este sentido, el intérprete comenta que aunque 2015 ha sido un año complicado, la actitud de esta multitudinaria familia musical que es Harresian “ha sido muy buena”.

Desde esa base, el grupo quiere ahora afrontar todos los conciertos que sean posibles puesto que aunque no se descarta un segundo disco, la formación tiene claro que su verdadero ser se aprecia en directo. “El estar con la gente no se puede comparar, aunque eso no quiere decir que estuviéramos incómodos haciendo el álbum”. Además, estos son tiempos en los que seguir apostando por su propuesta de fusión cultural, según Gómez. “Vivimos un presente más de separación que de unión y ahí estamos nosotros intentando demostrar que las cosas no deberían ser así, que al final todos somos seres humanos”.