MADRID. Muguruza, con más de veinte años de experiencia a la espalda, ha contado a Efe que la búsqueda del sonido de este disco, que presenta mañana en el Teatro Alfil, ha sido casi "obsesiva" porque aunque él tenía "una idea" en la cabeza no sabía como materializarla hasta que habló con su "arreglista", el "fundamental" Mikel Azpiroz, que aporta la ingeniería de sonido, mezclas y producción artística.

Mikel, dice, no se limita a tocar unos acordes de una armonía: "Crea ambientes y juega mucho con los silencios, que tienen una importancia increíble para mi. Trabajamos juntos de manera muy intensa".

En el disco, detalla, no hay efectos, ni reverberación,ni ecualizaciones y han conseguido su nuevo sonido tocando con una banda de jazz "impresionante", la formada por el batería David Gómez, el contrabajo Ignasi Gonález y el saxo tenor Gorka Benitez.

Aunque la portada del disco es una foto de su infancia con los hermanos Tonetti y hay una canción dedicada a su relación con ellos, el cantante ha querido matizar que este no es un exactamente un trabajo dedicado a ellos, aunque, admite, que esa idea se haya difundido "bastante".

El cantautor ha explicado que lo que ha pretendido contar es una historia de su infancia y hablar sobre el "acontecimiento social" que supuso la llegada del circo, a principios de los años setenta, a localidades como Irun.

"Tuve la suerte de conocer a los Tonetti porque eran amigos de mi aita. Cuando me enteré de que Cara Blanca se había suicidado no entendí por qué el representante del chiste y la alegría se había quitado la vida", cuenta.

A esa historia ha querido darle Muguruza "un giro de tuerca" y ahondar en la línea de "positivismo" de sus últimos discos, en los que intenta ofrecer "una ventana abierta" a la vida, influido por el director de cine Federico Fellini.

El músico, que sigue creando con la "ilusión" de hacer siempre el "mejor disco", cree que en la actualidad hay una clara pérdida a nivel social de todo lo que tiene que ver con la "reflexión".

"El mundo de la cultura bajo el que vivimos es muy complicado, liviano y con poca reflexión. Estamos tocando fondo en lo espiritual", opina.

Además, en este nuevo proyecto el cantautor ha vuelto a escribir alguna de las canciones que aparecen en el disco porque en su último trabajo no había ninguno de sus textos y su entorno le "tomó el pelo" por esa "ausencia".

El cantautor, que le pediría a los candidatos políticos que empiecen a hablar de cultura en sus discursos, cree que el sentimiento "sin trampas" volverá y pronto habrá una "reacción" de la sociedad para recuperar "el alma" y el mundo interior.