Amurrio - El sector cinematográfico vasco puede estar de enhorabuena. Y es que uno de los festivales dedicado a él en exclusiva, pero que fue una de las víctimas de la falta de recursos que trajo consigo la crisis económica, tiene la intención de volver. Se trata de Begibistan, el festival de cortometrajes vascos que acogió el Amurrio Antzokia de 2007 a 2011, bajo la dirección del cineasta laudioarra Kepa Sojo, y que a lo largo de sus cinco ediciones reconoció también la trayectoria de personas tales como Itziar Lazkano, Ramón Barea o Txema Blasco, entre otras.
La noticia ha saltado a raíz del debate presupuestario en el que andan estos días los concejales de las diferentes siglas que integran el Ayuntamiento de Amurrio, ya que una de las enmiendas presentadas por EH Bildu y aceptadas por el equipo de gobierno, en manos de PNV, habla de la inclusión de una partida de 10.000 euros para la reedición de esta semana de cine vasco. Eso sí, dadas las alturas del año, “dudo que se pueda organizar dentro de este 2016, pero ahí esta la reserva de dinero para empezar a trabajar de cara al próximo”, explicó a DNA, la portavoz abertzale, Eva Blanco, que también ha logrado que las cuentas municipales (van a aprobación plenaria mañana) contemplen o amplíen otras partidas de ámbito cultural.
Una de ellas es el incremento de 12.000 euros destinado, precisamente, a los equipamientos que necesita el propio teatro municipal, sede de Begibistan. Además, se han previsto 5.000 euros para continuar con la restauración y la catalogación de las piezas recuperadas del museo que, dedicado a Félix Murga, ha creado la asociación etnográfica Aztarna en el Refor; así como otros 5.000 euros para continuar con la recuperación del yacimiento romano de Elexazar. Un descubrimiento de 2009, este último, que se encuentra situado a 550 metros de altitud, dentro de un espacio forestal de media montaña que vertebra los valles del Nervión por el lado occidental y del río Altube por el oriental. Desde entonces, han sido cinco las campañas de excavaciones llevadas a cabo, lideradas por Aunia Kultur Elkartea. La de 2015 contó con una financiación foral de 5.701 euros y permitió descubrir un importante asentamiento rural en altura, que despierta muchas incógnitas porque no hay ninguno así en toda la vertiente cantábrica.
A la espera Con todo, será necesario esperar para ver si la vuelta de Begibistan se concreta en una decisión en firme de cara a un futuro inmediato, lo que devolvería a la pantalla alavesa el único festival de cortos dedicado de manera exclusiva a la producción de Euskal Herria.
Cabe recordar que en la actualidad (desaparecidas otras iniciativas llevadas a cabo tanto en Gasteiz como en algún otro punto del territorio), en los últimos años sólo han quedado dos certámenes relacionados con el cine -ambos además dedicados a los cortos- en Álava. Se mantiene, desde hace ya unos años con el apoyo fundamental del Campus de Álava de la Universidad del País Vasco y bajo la responsabilidad de Sojo, un Cortada que también en su programación ha abierto espacios específicos a la realización alavesa y vasca. Y sigue su camino el más reciente Kortada, que desde el año pasado ha extendido sus redes fuera de la capital alavesa para llegar a puntos como el propio Amurrio.
Sin embargo, la apuesta de Begibistan era diferente por dos motivos. El primero, porque no nacía desde la capital. El segundo, por esa mirada específica a la producción vasca. Este último punto, de hecho, convirtió al festival en un referente en crecimiento hasta 2011.