Santa Cruz de la Palma/Madrid - El libro de cuentos de Cristina Fernández-Cubas (Barcelona, 1945) La habitación de Nona y el poemario Ficciones para una autobiografía de Ángeles Mora (Córdoba, 1952) han sido las ganadoras de la LXI edición del Premio de la Crítica en castellano. El jurado del premio, fallado ayer por la Asociación Española de Críticos Literarios en Santa Cruz de la Palma, considera a Fernández-Cubas “una escritora fundamental de la historia de la narrativa española”, y reconoce también un género, el cuento, que “desde hace muchos años está a la altura de la novela” en calidad. Publicada por Tusquets, La habitación de Nona, supone el regreso al género de su autora después de nueve años de silencio y del mazazo que supuso el fallecimiento de su marido, el también escritor Carlos Trías, una tragedia que aborda en uno de los relatos, La nueva vida.
La fantasía de la infancia, la historia de una mujer al borde de un desahucio, la de un grupo de escolares que contempla un cuadro o la de dos hermanos que conocen una tribu del Amazonas son otras de las ficciones que componen el libro, “cuentos independientes, pero conectados por pasadizos secretos”, según el jurado.
“Un libro de cuentos es como un mosaico y cada relato es una tesela. Tienen vida propia, pero forman un todo”, señaló la autora tras conocer el fallo. “Y ese todo ha sido que cuando lo terminé, cuando puse el punto final, me sentí renacida”, añadió. De Ángeles Mora y su poemario Ficciones para una autobiografía (Bartleby Editores), el jurado destacó su “compromiso ante una realidad que nos aturde” y que trata de “compendiar la memoria personal con la historia colectiva”. “Es una autobiografía fingida, cada poema parte de una imagen y se desarrolla en busca de una verdad”, explicó la poeta cordobesa. “Es un libro que me ha iluminado mucho sobre los sentidos de la vida. Tengo la sensación de que los otros libros que he escrito me han servido de camino para llegar a este”.
Mora, descrita como “una autora discreta que no participa en los circuitos comerciales”, lleva publicados siete poemarios desde 1982 y con dos de ellos ha obtenido el Premio Rafael Alberti (La guerra de los treinta años) y el Premio Ciudad de Melilla (Contradicciones, pájaros).
El Premio de la Crítica, que se concede anualmente desde 1956, se falla entre todas las obras editadas el año anterior, tanto en español -incluidos autores latinoamericanos que publiquen en España- como en las otras lenguas oficiales del Estado.
En catalán, los premios han sido para la novelista Martí Dominguez por La sega (La siega), que describe la lucha entre maquis y la Guardia Civil en un pueblo de la comarca valenciana del Maestrazgo, y en poesía para Gemma Gorga por Mur (Muro), una investigación sobre las mujeres en la Edad Media.
En gallego los galardones han sido para Manuel Rivas por la novela O último día de Terranova (El último día de Terranova), dedicado a una librería “a punto de caer bajo la piqueta de la especulación”, y para la poeta María do Cebreiro por O deserto (El desierto), con un libro-devocionario que reflexiona sobre los afectos.
En lengua vasca la mejor novela para la crítica ha sido Lili eta biok (En compañía de Lili), de Ramon Saizarbitora, ambientada en la Guerra Civil en Gipuzkoa, mientras que el poemario ganador ha sido Lainoa Janez (Asimilando la niebla), de Juan Kruz Igerabide, un libro articulado en torno a la imagen de la lluvia.
Ángel Basanta, presidente del jurado, recordó que el objetivo de estos galardones desde su nacimiento ha sido “contrarrestar la influencia de los premios comerciales”, una misión que hoy es “más necesaria que nunca”. “El best seller ha existido siempre, pero el número no garantiza la calidad, la literatura no es democrática, se mide el talento y los valores, no los números”, subrayó. - Efe