Vitoria - Tras dos semanas de parón, la programación invierno-primavera de la Red municipal de Teatros vuelve hoy a ponerse en marcha. Lo hace desde el Principal con un nuevo concierto, dentro de su temporada de abono, de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, que, desde la 20.00 horas y todavía con entradas disponibles, ofrecerá un programa compuesto por la Sinfonía nº4 Romántica de Bruckner y Chants des Payes Basques de Canteloube. Todo ello con la mezzosprano donostiarra Clara Mouriz como solista invitada.

La cita supondrá que los escenarios gasteiztarras y los espectadores volverán a retomar su camino conjunto, una senda que el próximo 23 llevará también a las tablas de la calle San Prudencio la ópera cómica Mozkorra parregarri, que, a partir de las 20.30 horas, darán vida 20 cantantes y cinco músicos. Así sucederá en una cita para la que todavía hay butacas disponibles por 18 y 12 euros, dependiendo de la ubicación.

En 2015 se cumplieron 250 años del estreno Bergara de la que está considerada como la primera ópera en euskera, excusa perfecta para que se retomase esta creación de Xabier Maria Munibe Idiáquez, conde de Peñaflorida, para volver a ofrecerla al público. Eso sucedió en marzo, cuando se produjeron dos representaciones en el mismo lugar donde, dos siglos y medio atrás, El borracho burlado cobró vida por primera vez, el salón de plenos del Ayuntamiento de Bergara.

Desde entonces, los impulsores de la propuesta, junto a Pikupe Produkzioak, han llevado el montaje por distintos puntos -sobre todo de Gipuzkoa-, antes de llegar dentro de unas semanas a la capital alavesa, ciudad y territorio que, en cierta parte, también tienen su vinculación con esta ópera, o la tuvieron en su momento, como recuerda Valen Moñux, responsable de la puesta en escena. Por un lado, está el hecho de que el Ayuntamiento de Bergara imprimió aquí el libreto de la pieza, una edición en castellano y en euskera para que los espectadores de la época -sobre todo, gente de la nobleza- pudieran seguir cada instante en los dos idiomas, teniendo en cuenta que en la versión original las partes cantadas eran en euskera y las habladas en castellano. Por otro, se encuentra la anécdota de que Félix María Samaniego dejo en el estreno del montaje su papel de escritor para convertirse en actor, algo que a muchos les sorprenderá conocer del fabulista de Laguardia.

Curiosidades a un lado, lo que el público se encontrará en este espectáculo es una ópera de cámara de un solo acto protagonizada por un borracho empedernido en torno al cual se van sucediendo las escenas, los personajes y la sencilla trama. “Cuando hace un año estrenamos, no pensábamos que iba a tener tanto recorrido”, apunta Moñux antes de su visita al Principal.