La puerta se abre de par en par. A través de ella se cuelan, ávidas, las risas y los cuchicheos. Reunidos en torno a una larga mesa, la decena de artistas que componen el espectáculo Lurrak apura, café en mano, el necesario descanso en mitad de una larga jornada de ensayos. “Estos días casi estamos viviendo aquí”, se oye. Toca apurar las siete jornadas de las que dispone la compañía, encabezada por el prestigioso director de circo y teatro Adrian Schvarzstein, para realizar su tercera residencia en el centro Harrobia Eskena de la capital vizcaína. No hay tiempo que perder. Apenas quedan tres meses para su estreno en las calles de Gasteiz y Bilbao, dentro de los festivales Kaldearte y Kalealdia, respectivamente. “Vamos a hacer cuatro residencias y en cada una nos hemos marcado un objetivo. El de esta estancia es unir la música con los números”, explica su director.
Huyendo de una banda sonora pregrabada, Lurrak ha apostado por dar protagonismo a la música en directo, con un equipo de músicos formado por Mikel Hernández, Anai Gambra, Unai Laso, Roberto Castro y Gotzon Batikon. “El circo debe tener siempre música en directo”, afirma, rotundo, Schvarzstein. Pero Lurrak no solo es circo, y los músicos no se limitan a acompañar los números con las notas de la txalaparta o la trikitixa. También son actores, e incluso trapecistas, que hacen que la música “no solo se oiga, sino que también se vea y se toque”.
Esto es el circo contemporáneo, un espectáculo en el que todas las disciplinas artísticas cuentan una historia. En este caso, se trata de una auténtica rebelión bajo y sobre el trapecio, ambientada en un entorno industrial. El punto de partida es una fábrica, aséptica, que bien podría ubicarse en cualquier punto del planeta, pero que quiere transportar al espectador a “la época en la que existía toda aquella industria en la Ría, a los Astilleros...”.
Ese viaje en el tiempo y en el espacio nos sitúa ante “una pequeña sociedad” formada por los trabajadores de la fábrica, quienes en su día a día se enfrentan a pequeños conflictos y a una cada vez mayor tensión con el jefe (invisible para el espectador). Esa presión externa generará en ellos un conflicto que los llevará a tratar de luchar por sus sueños. Así, la rebelión parece inevitable, inicialmente dirigida hacia el responsable de planta, que no es más que una cabeza de turco.
Oda a la libertad Los artistas de circo Ortzi Acosta, Izaskun Agirresarobe, Gaizka Chamizo, Núria Puig y Marc Muñoz se unen al elenco que da vida a estos personajes. Juntos tratan de construir “una nueva sociedad” cimentada sobre la libertad que tanto anhelan. “Partiendo de su título, creo que podría estar un poco unido a lo que ha ocurrido en este país, donde se ha vuelto a crear una nueva sociedad vasca”, señalada el director de esta obra coproducida por los ayuntamientos de Bilbao y Gasteiz.
La oda a la libertad que tiene lugar sobre el escenario habla un lenguaje universal, a pesar de que en algunos momentos se escuchan varias palabras en euskera. “Es un espectáculo que ha nacido para ser visto en todas partes, es decir, que se podrá seguir la historia aunque no se conozca el idioma”, aclara el director.
No obstante, la unión con las raíces vascas quedará patente en la utilización de instrumentos como la alboka o el pandero, además de las ya mencionadas txalaparta y trikitixa. Según desvela Schvarzstein, su deseo, tras el estreno en Euskal Herria, sería que el humor de Lurrak invadiera las calles y escenarios internacionales. De momento, se encuentran inmersos en plena creación, un proceso al que terminarán de dar forma en Gasteiz, en mayo. La primera residencia tuvo lugar en noviembre, en Zirkozaurre (la sede de la escuela de circo de Bilbao), donde se creó el buen ambiente que reina en los ensayos. “Quise que nos dedicáramos a hacer grupo -apunta el director- porque para que funcione es esencial que estas personas acaben divirtiéndose juntos”.
Para llevar a cabo su segunda residencia, la compañía viajó hasta Luhuso (Baiona). De allí regresaron con un guion definido y pulido con aportaciones de todos ellos: “Esta es una obra viva que está en continuo cambio; cada día surgen elementos nuevos que hay que incorporar”. Lurrak, que en cada número desprende el más puro espíritu del teatro y circo de calle, también será adaptado para ser representado en salas, con una duración algo superior. Para poder disfrutar de este estreno en interior habrá que espera hasta noviembre, cuando subirá al escenario del Serantes Kultur Aretoa de Santurtzi.
Zer? Zirkua, antzerkia eta musika uztartzen dituen an-tzezlana da ‘Lurrak’, adin guztientzako istorio bat proposa-tzen duena.
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Egutegia. Gaur bukatuko da taldeak Bilbon egin duen erresidentzia. Prestakuntzaren azken fasea Gasteizen izango da, maia-tzaren 9tik ekainaren 9ra. Azken ukituak emanda, Gasteizen (ekainak 10) eta Bilbon (ekainak 27) ikusi ahal izango da lehen aldiz, kaleko bertsioan. Santurtziko Serantes Kultur Aretoak hartuko du areto barruko estreinaldia, azaroaren 1ean.