madrid - Situado fuera de todos los sistemas de legitimación cultural, la obra del artista, editor, escritor, comisario de exposiciones y teórico mexicano Ulises Carrión llega al Museo Reina Sofía en la exposición Querido lector. No lea. Alrededor de 350 piezas, entre libros, revistas, vídeos, obras sonoras, arte correo, proyectos públicos y performances, junto con testimonios de sus iniciativas como comisario, editor, distribuidor, conferenciante, archivero, teórico del arte y escritor, ilustran los aspectos de la obra artística e intelectual de Carrión (Veracruz, 1941-Amsterdam, 1989).

La muestra hace un recorrido desde su trayectoria inicial como escritor en México, y sus años de universidad en los que estudió lenguaje y lingüística en Francia, Alemania e Inglaterra, hasta sus numerosas actividades desarrolladas en Amsterdam, ciudad en la que se estableció en 1972. El título de la exposición Querido lector. No lea es un antagonismo que, según Manuel Borja-Villel, “nos habla del espacio imposible y de la negatividad en que nos sitúa la obra de Carrión”.

A pesar de ser un autor de culto “situado voluntariamente al margen”, el director del Reina Sofía considera que su obra es desconocida “pero absolutamente importante para entender un periodo y una relación entre un número de artistas latinoamericanos que trabajaron en Europa”. Carrión representa “una zona de sombra del arte contemporáneo que se ha mantenido en la sombra de manera injusta y que es necesaria para entender de donde venimos”. Esta es la primera gran exposición que se hace del artista mexicano “con una obra muy complicada de exponer, que escapa de los formatos y de las disciplinas, sin una trayectoria lineal”.

Carrión cuestionó las prácticas artísticas tradicionales “pero no solo estas sino un cierto tipo de arte conceptual que consideraba muy académico”, considera Borja-Villel. Guy Schraenen, amigo y gran conocedor del artista, es el comisario de una exposición en la que ha sido importante la colaboración del Archivo Lafuente. “Carrión tocó muchísimos campos y formatos y todos ellos se entremezclan”, comenta el comisario.

Schraenen reconoce que era “muy complicado” trabajar con el artista “que lo cuestionaba todo aunque estuvieras de acuerdo con él”. Hay que situarse en el contexto de la época para entender que estaban muy comprometidos con proyectos para promover el arte de una forma libre, “algo que entonces no era evidente, era una batalla diaria”. Ulises y otros compañeros suyos siempre trabajaron al margen de ayudas o subvenciones “y esta exposición es un ejemplo de que se podía trabajar en libertad”.

Una de las salas más importantes es la dedicada a la librería/galería Other Books and So que fundó Carrión en 1975. Sus obras libro y las de otros artistas fueron el germen de este lugar cuyo objetivo era que estas publicaciones singulares llegaran a un público más amplio. En otra de las salas se proyecta The Death of the Art Dealer, película en la que el artista sale portando un pequeño televisor en las manos. Destaca también el proyecto Gossip, Scandal and Good Manners con el que quiso mostrar cómo se distorsiona un rumor o cotilleo entre la gente, así como el homenaje a la actriz mexicana Lilia Prado. - Efe