madrid - La nueva película de Icíar Bollaín, El olivo, que se estrenará el próximo mes de mayo, denuncia el expolio de este árbol, uno de los seres vivos más longevos del planeta, por culpa de la crisis económica y el abandono del medio rural en España. El largometraje explica la especulación del patrimonio arbóreo y apoya la lucha por su conservación, detalló César Javier Palacios, director del proyecto europeo Life+ EnArbolar de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, destinado a la conservación del arbolado singular y los bosques viejos de la Red Natura 2000.
Palacios ha puesto en marcha una petición a través del portal Change.org, “Acabemos con el expolio de los viejos olivos y otros árboles centenarios”, con el objetivo de proteger los árboles europeos centenarios, prohibiendo su arranque y comercio. La solicitud, dirigida al Parlamento Europeo, ha alcanzado casi 145.000 rúbricas aunque Palacios confía superar las 150.000, con el apoyo de Alemania o Reino Unido, movilizando a la ciudadanía hacia una “acción global” frente a la comercialización abusiva.
Tras ser arrancados de la tierra, sufren una poda similar a las practicadas sobre bonsáis para facilitar su transporte y son almacenados en viveros a la espera de los próximos compradores. Este ajetreo provoca la muerte de muchos árboles y reduce la esperanza de vida de los supervivientes a “sólo veinte años más” debido a factores como orientación, clima o suelo distintos, cuando un olivo puede vivir más de mil años en su hábitat original.
El especialista denuncia también la ignorancia de los beneficios que ofrece la manutención de estos árboles, a través del oleoturismo o rutas del aceite, con el alojamiento en casas rurales y la adquisición del “oro verde”.
la película El olivo está rodada en el Bajo Maestrazgo y cuenta la historia de Alma, una chica cuya rutina diaria se ve alterada cuando su abuelo, la persona que más le importa en este mundo, deja de hablar y de comer. Alma se obsesiona con lo único que puede hacerle volver a su estado natural, que es recuperar el olivo milenario que la familia vendió contra su voluntad hace 12 años.
Palacios espera que la película de Bollaín ayude a “detener la sinrazón” del comercio de esta especie, que destruye el paisaje y modifica negativamente la percepción medioambiental de la sociedad. Algunas ong como Greenpeace también apoyan la iniciativa de Change.org, pues cuando una zona sufre la extracción de sus olivos “hay una pérdida monumental de su patrimonio”, afirmó Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de bosques de esta organización ecologista. - Efe