Movidos por criterios que fluctúan entre la calidad y la nostalgia, el consumidor concienciado de música está volviendo a apostar por el formato vinilo frente al CD y el amplio abanico que ofrece Internet y, especialmente, los servicios de streaming. El sello Elkar ya previó este repunte hace un lustro, cuando empezó su operación vinilo con la recuperación de parte de su catálogo en este formato clásico. De cara a la Azoka de Durango acaba de relanzar la operación con la salida al mercado de discos de Kortatu, Laboa, Kuraia, M-ak y La Polla Records.

A pesar de que el formato físico discográfico vive sus horas más bajas, con la industria en proceso de mutación, esta semana se ha confirmado desde Estados Unidos que el vinilo parece vivir un repunte inesperado frente al compacto e, incluso, las diferentes propuestas que ofrece Internet. El último informe semestral de la Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos (RIAA) ha confirmado que la venta de discos en vinilo ha aumentado un 52% respecto al mismo periodo del año pasado, logrando una recaudación mayor que los servicios de streaming (escucha sin descarga) de plataformas como Spotify, YouTube o Vevo.

El sello Elkar ya se adelantó en 2010 con la edición de media docena de discos de su catálogo en formato vinilo. Y con buenos resultados, ya que el público respondió y compró Noche de r’n’r, de Barricada; el debut homónimo de Kortatu, con extras de Manolo Rastamán y Mierda de ciudad; Inadaptados, de Cicatriz, también con canciones adicionales; Salve, de La Polla Records; Hautsi da anphora, el debut de Ruper Ordorika; y el doble Bat-hiru, de Mikel Laboa. Y la respuesta fue tan buena que tuvieron que ser reeditados en 2013, cuando llegó la segunda fase de esta operación, que incluyó la publicación de dos discos clásicos de la década de los años 80: El estado de las cosas, de Kortatu, y Revolución, de La Polla Records, este último con extras.

De cara a la Azoka de este año, el sello euskaldun da un paso más en su política de reivindicación del vinilo con el rescate de otra media docena de referencias clásicas. De un lado, están los artistas de referencia y conocimiento masivo (Laboa, Kortatu y La Polla Records); del otro, dos bandas de innegable valor artístico pero menos reconocimiento público, caso de M-ak y Kuraia. De Laboa se reedita, en doble LP, Lau-Bost, un trabajo que muestra a Laboa “en su esencia más pura”, según Elkar. El álbum, de 1980 y que se abría con la interpretación del legendario Kantuz a capella, alterna la experimentación de Komunikazioa-inkomunikazioa. Lekeitio 5 con la canción popular en el caso de Oi Pello Pello y las adaptaciones de poemas escritos en Martxa baten lehen notak.

Todo Kortatu Con la publicación de los dos últimos trabajos de Kortatu, ya es posible disfrutar en vinilo de toda la discografía de un grupo de cuyo nacimiento se cumplen ahora 30 años. A los anteriores Kortatu y Kortatu: el estado de las cosas, se suman ahora Kolpez kolpe, el primer álbum que el trío grabó en euskera en su integridad, con un repertorio ya más volcado hacia el rock que al ska (con guiños al rap) y clásicos como A.E.K.´ko beteranoak, After-boltxebike o el propio tema titular; y Azken guda dantza, un doble en vivo con todos sus éxitos y que supuso la disolución del trío.

Kolpez kolpe se grabó en los estudios de Kaki Arkarazo, que luego formara parte de Negu Gorriak junto a los hermanos Muguruza y por entonces era guitarrista de M-ak, banda con Xabier Montoia a los vocales e incomprendida en los 80 pero, con el tiempo, convertida en grupo de culto. Ahora se puede conseguir en LP su disco Barkatu ama, el cuarto y penúltimo de su carrera y un gran disco de rock-funk que incluía guiños a estrellas como Mark Knopfler y Eddie Cochran, así como temas como Deabruak teilatuetan que dio nombre a un grupo posterior.

La operación vinilo de Elkar incluye también la recuperación de No somos nada, de La Polla Records, su tercer disco de estudio, un trabajo “esencial y representativo del punk de los 80”, según Elkar, y que incluía canciones habituales en sus conciertos como Todo por la patria, Socios a la fuerza o La justicia; y el álbum homónimo y debut de Kuraia, el proyecto rockero -y de punk, garaje y hardcore- impulsado por Joseba Ponce (Dut) y Fernando Sapo (El Corazón del Sapo) en el arranque de este milenio junto a Mikel Kazalis (Anestesia) y el también Dut Galder Izagirre. Es un álbum de culto en el ámbito del rock euskaldun gracias a temas como Ni ere, Bizi gera, Egunsentian o Uhin banpiroak.