Se ha dado el pistoletazo de salida. Un tópico escuchado en innumerables ocasiones, pero que en esta ocasión ilustra a la perfección los frenéticos meses que tiene por delante la cinta vasca Loreak. Ayer se dio a conocer la buena noticia con su entrada, de manera oficial, en la competición que puede llevarla a convertirse en la primera película rodada en euskera que llegue hasta el mismísimo Hollywood. Casi nada. De momento, el filme dirigido por Jose Mari Goenaga y Jon Garaño ha dado un gran paso adelante al convertirse en la elegida para abanderar la candidatura española en la categoría de mejor película de habla no inglesa.

A partir de aquí comienza una ajetreada cuenta atrás hasta final de año, en la que tratarán de convencer a los académicos y hacerse un hueco entre el cerca de un centenar de películas que han sido preseleccionadas en la misma categoría. Una carrera de fondo que solo albergará en su meta cinco plazas, quizá una de ellas con acento vasco, entre los títulos deseosos por alzarse con la preciada estatuilla, el próximo 28 de febrero.

No obstante, entre tanto brillo hollywoodiense, resulta imprescindible contar con una elaborada campaña de marketing que lleve a cabo la promoción en Estados Unidos. “Hay más de 80 películas en la competición y sobresalir entre ellas no es tarea fácil; por eso, tienes que organizar una campaña que haga ruido y te ayude a darte a conocer”, opina a este respecto Aitor Arregi, el guionista y tercer vértice del triángulo conformado por Goenaga y Garaño. Es decir, hay que seguir construyendo una carta de presentación que incluye pases, reuniones y presentaciones que logren catapultarlos directamente hasta la fase final, una tarea en la que ya se han iniciado con su periplo en festivales americanos y con el estreno en varias salas de cine comerciales.

La american premiere no podría haber empezado mejor para ellos, con el galardón al mejor filme latino en el festival Palm Springs (California) bajo el brazo. Además, Loreak pasó con una fuerza arrolladora por el Guadalajara Film Festival de Los Ángeles y fue la representante estatal del Starring Europe: EU Film Festival. Todo ello unido a una cálida acogida entre el público y la crítica, que han alabado el tono intimista de la historia y la actuación de las tres protagonistas; Itziar Aizpuru, Nagore Aranburu e Itziar Ituño. “Es la alentadora historia de tres mujeres unidas por ramos de flores que Goenaga y Garaño envuelven en una capa de discreta melancolía”, escribía hace un año la popular Variety.

Tras establecer este prometedor punto de partida, quedan meses de trabajo por delante que supondrán “un bonito quebradero de cabeza” para el equipo, afirma Arregi. Toca romper la hucha y conseguir ampliar las fuentes de financiación que les permitan hacer frente a los costes que supondrá esta aventura americana. En ese sentido, Goenaga espera la ayuda e implicación de las instituciones para hacer llegar Loreak a todos los académicos.

Abrumados aún por un mes cargado de buenas noticias -primero fue la preselección junto a Magical Girl y Felices 140 y ahora la selección-, ambos confiesan que están aprendiendo con cada nuevo paso que dan. “¿Dinero? Todavía no sabemos cuánto necesitaremos; nunca hemos vivido algo así y estamos en un continuo proceso de aprendizaje” resume Arregi, quien añade que preguntarán “a quienes vinieron por delante” para guiar sus pasos y “enseñar músculo”.

De lo que sí están seguros es de que no dejarán pasar esta “oportunidad única” que les ofrece la selección para convertirse en embajadores de la nueva generación de cineastas vascos. “Hay una primera criba en la que nos jugamos todo; en la primera hay que invertir y hacer todo lo posible por estar”, afirma un ilusionado Garaño, a lo que su compañero apostilla que “no nos quedaremos esperando porque tenemos una gran responsabilidad con todo esto”.

abrirse paso Hace unas semanas, coincidiendo con el anuncio de que Loreak era una de las tres películas estatales preseleccionadas, Jose Mari Goenaga repasaba junto a DNA el recorrido que comenzó hace tan solo un año en el Festival de Cine de Donostia, cuando el filme se marchó con las manos vacías de un Zinemaldia en el que hizo historia como la primera película rodada íntegramente en euskera que lograba ser parte de la Sección Oficial.

En la capital guipuzcoana comenzó una andadura que les ha llevado a recorrer festivales de medio mundo, hasta llegar a los premios Goya. El pasado mes de febrero, Loreak escribió su nombre con letras doradas en los Premios de la Academia al convertirse en un referente en la lucha por vencer en la categoría reina de mejor película, donde “parecía una completa desconocida que se había colado”, rememoraba Goenaga. Poco a poco, las flores fueron llegando a todos los rincones y trajeron consigo reconocimientos como el premio Feroz de la prensa del cine a Itziar Aizpuru por su papel de Tere o el premio a la mejor actriz que el trío protagonista recibió en Tokyo.

Contaban ayer que un periodista que volaba desde Estados Unidos a Euskal Herria se topó con Loreak entre la carta de películas con las que amenizar el largo vuelo. Sin dudarlo, optó por la cinta vasca, convirtiéndola en la banda sonora y visual de su viaje y dejándose llevar por la historia intimista y profunda que plantea. Ese es el objetivo, que estas flores vascas consigan llegar hasta cualquier parte del mundo, incluso hasta el mismísimo Hollywood. El siguiente paso a dar llegará en diciembre.

Berpiztutako sentimenduak: Medikuak menopausia daukala jakinarazten dion egunean, Anek lore-sorta bat jasotzen du etxean. Une horretatik aurrera, astero-astero heltzen zaizkio loreak. Beti ordu berean. Noren oparia diren jakin gabe. Lourdes eta Tereren bizitzetan ere sartuko dira lore misteriotsuak. Pertsona ezezagun batek astero uzten ditu, euren bizitzetan oso garrantzi-tsua izan zen pertsona bat oroi-tzeko. Hiru emakumeren istorioa da honakoa, lore-sorten presen-tzia hutsak goitik behera alda-tzen dituen hiru bizitzena. Ahaztutako sentimenduak berpiztuko dira haiengan... Baina, azken finean, loreak baino ez dira.