venecia - La Mostra de Venecia recibió ayer con fuertes aplausos Spotlight, un sólido filme lleno de estrellas -Michael Keaton, Mark Ruffalo o Rachel McAdams- que narra con precisión quirúrgica la investigación periodística que destapó los abusos sexuales a menores en la iglesia católica de Boston.

Presentada fuera de competición, Spotlight muestra unos abusos “diabólicos, cometidos contra niños inocentes”, un “doble abuso”, físico y espiritual puesto que venía de sacerdotes y las víctimas pertenecían a familias para las que la religión era muy importante, explicó ayer el director del filme, Tom McCarthy. Muchas de estas víctimas cayeron en el abuso de drogas e incluso en el suicidio. “Muchos de los que sobrevivieron, aún luchan contra ello”, agregó.

Unos abusos continuados e impunes que desde los años sesenta cometieron más de un centenar de sacerdotes solo en Boston, con la connivencia de la jerarquía de la iglesia católica y, lo que es peor, de toda la comunidad. Porque no solo fue la iglesia. Fueron el Boston Globe (por su tardanza en reaccionar), las familias influyentes de Boston, la Policía, el cuerpo legislativo, los políticos, otros medios de comunicación, las escuelas, la administración.

“Todos echaron una mano en cegarse los ojos los unos a los otros”, afirmó el actor Mark Ruffalo, que interpreta en la película a uno de los cuatro periodistas del Boston Globe que destaparon el escándalo dentro de un equipo de investigación denominado Spotlight, que aún hoy existe.

Spotlight es una película que recuerda mucho a las historias políticas habituales del cine de los años setenta y mantiene muchos paralelismos con Todos los hombres del presidente (1976), sobre el escándalo Watergate. - Efe