La familia está de nuevo reunida. La decimocuarta edición del Azkena Rock Festival alzó ayer su particular telón, aunque desde el jueves ya eran unos cuantos los asistentes al certamen llegados de fuera de Álava que se encontraban en la ciudad. Miles y miles de personas se reunieron desde primeras horas en Mendizabala para vivir un maratón sin descanso que además tuvo la buena idea de comenzar este 2015 sin las tormentas que hace justo doce meses obligaron a suspender un par de actuaciones en la jornada inaugural.

Reencuentros, saludos, abrazos... pero sin demasiado tiempo que perder cuando se abrieron las puertas del recinto a las 17.00 horas puesto que Mendizabala presentaba más de una novedad y fue necesario hacer la inspección de turno. También en lo que respecta a la nueva ubicación del camping, que por lo menos a priori, convenció a los usuarios iniciales. En ese ir y venir, eso sí, la música empezó a reclamar su protagonismo desde el segundo escenario, el dedicado a Bobby Keys, con la actuación de los vizcaínos Highlights. Y en este caso, para los más veteranos azkeneros fue como volver atrás en el tiempo puesto que es la primera vez desde 2006 que estas tablas no se encuentran debajo de la polémica carpa. Más allá de si ahora el sonido es mejor o no, el grupo regaló a los presentes, tampoco demasiados a esas horas, un concierto corto pero intenso y lleno de alicientes, tema nuevo incluido.

Antes de terminar ellos, los gallegos Mad Martín Trio aparecieron en el tercer escenario, el Kim Fowley, aunque casi no hubo tiempo para verlos en condiciones porque desde las tablas principales de Mendizabala, las bautizadas como BB King, reclamaron la atención al poco tiempo los holandeses Sven Hammond. De hecho, desde este instante los solapes no pararon, una medida que tiene tantos detractores como defensores (bueno, tal vez más lo primero que lo segundo).

Llegó el momento de multiplicarse. Por un lado, para encontrarse con los australianos The Dubrovniks, que se han vuelto a juntar después de unos cuantos años. Y aunque es evidente que el tiempo no pasa en vano, la banda cumplió de sobra. Por otro, para dejarse llevar por el estreno en el Estado de los norteamericanos The Last Internationale, ahora reconvertidos oficialmente en dúo. Potentes y sólidos, la voz de Delila Paz reclamó una gira por salas a corto plazo.

Sin tener que competir con nadie, JD McPherson se presentó en el escenario principal y aquí la tarde subió muchos enteros. Muy buen concierto de un músico con las ideas muy claras que, además, está acompañado por una banda de nivel.

De nuevo hubo que desdoblarse entre dos propuestas bien diferentes. La de los neoyorquinos D-Generation, que destilaron veteranía. Y la de The White Buffalo, al que sería mejor disfrutar en sala que en un festival, la verdad,

Tras ellos, con la noche ya pidiendo paso a marchas forzadas, Television hizo acto de presencia en el escenario principal. Pero eso sucedió cuando este periódico iba camino de hacerse papel, igual que los conciertos posteriores de ZZ Top, L7, Black Mountain, Lee Bains III & The Glory Fires y Nico Duportal & His Rhythm Dudes. Así que mejor esperar a mañana para contar lo que sucedió tal cual fue.