el mostrar la vida tal y como es, durante todo el día es la idea que genera todos los realities que en el mundo mundial son. Este ejercicio de nudismo vital tiene su paradigma en Gran Hermano, que pronto nos sacudirá la conciencia con la edición número 16, caso insólito en el panorama europeo de la tele.
Una de las modalidades más espectaculares de este tipo de productos televisivos es Supervivientes, que tiene que ver más con un ejercicio duro y complicado de supervivencia, que un estar tirado al sol contándose intimidades, obscuridades y debilidades.
El batacazo que recibió T5 con Allí abajo lo quiere compensar programando El Príncipe, nueva temporada, y Supervivientes, que visto lo visto el pasado miércoles, tiene poca chicha y escaso vuelo y así difícilmente remontará en las apetencias televisivas del personal. Variada fauna se ha congregado en las playas hondureñas con el fin de ganar este concurso de bikinis, pieles quemadas, ataques de bichos y otras menudencias que irán complicando el diario vivir de los concursantes que separados, de entrada en dos grupos, lucharán por aguantar el tipo. Actor porno en decadencia, faraona que alegra la vida del maltratador Chiquetete, exquisita elegante y periodista en busca de un futuro mejor son algunas de las rutilantes estrellas que van a someterse a duras pruebas; angustia y angustia en un ejercicio de supervivencia, eso sí pagada y bien retribuida por la productora que debe mejorar índices de audiencia a toda máquina, que Paolo Vasile está que arde. Y completa el cuadro de actores un grupo joven y dinámico que, de momento, sólo piensa en trincar, trinchar y ligar. Asunto generacional enfrentado a los senadores/as que tienen más conchas que un galápago y como guinda que Chabelita quiere casarse con Alejandro, noticia bomba para abrir boca. ¡Ánimo Jorge Javier!