BILBAO - Solo tiene 28 años pero suma ya muchas experiencias. Jagoba Ormaetxea es músico, arreglista, compositor y productor, y este mismo año tiene previsto inaugurar una empresa que contará, entre otras cosas, con un estudio de grabación. Se considera, además de emprendedor, un friki de la música y de la Historia: ha investigado los grandes hits de las últimas cuatro décadas para elaborar un patrón mínimo que le ayude en su trabajo de compositor.

Hace años, acondicionó una habitación en casa de sus padres, en Basauri, y construyó su propio home studio. Ahora, quiere ampliar ese proyecto y antes del verano pondrá en marcha un estudio de grabación que tendrá ciertas peculiaridades. Para él, “muchos estudios tradicionales de grabación, los analógicos, han desaparecido o están en crisis porque no han sabido adaptarse a las exigencias de estos tiempos”. Por eso, él apuesta por un centro de coworking que empezará a funcionar en breve: “En ese centro trabajará gente relacionada con el estudio gráfico, con la música, con el mundo audiovisual y con el marketing y la publicidad. Pero, eso sí, todo lo que hagamos estará relacionado con el mundo audiovisual. Esto te facilita muchas cosas y puedes abarcar un producto grande de forma completa”. El nuevo centro competirá abiertamente con los home estudios y los estudios de grabación analógicos, pero Ormaetxea asegura que la estrategia para competir con ellos es “elaborar el producto completo y apostar por la calidad”. “Muchos estudios o centros de trabajo tienen limitaciones de todo tipo que nosotros no vamos a tener -añade el basauritarra-, porque vamos a contar con un equipamiento moderno y con gente preparada”.

Tanto él como su socio Carlos Trijueque han tenido que invertir una suma importante de dinero, pero para Ormaetxea la apuesta merece la pena: “En el caso de los grupos musicales o de cantautores la clave está en ofrecer un conjunto de cosas, además de la propia grabación. Podemos grabar un video-clip, diseñar el cd e incluso asesorarles en temas jurídicos o musicales, porque, aunque duele el decirlo, un técnico de sonido no tiene porqué saber de música, y ocurre así en muchos casos”. - I.M.E.