El escritor y poeta Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931), ganador del Premio Cervantes 2006, declaró ayer en el Día Mundial de la Poesía que a este género literario “le conviene cierta soledad”, y confesó que, actualmente, se encuentra “tratando seriamente” de “recuperar” su propia “soledad”. El poeta, además, señaló que no es partidario de la conmemoración de este tipo de fechas, por considerarlas una especie de mercantilización del género literario que cultiva.

El premio Cervantes, que se confesó ya “en la ancianidad”, definió la poesía como algo “irremediablemente subjetivo” y, “al contrario de lo que ocurre con el lenguaje convencional” mediante el que “se dice lo que se piensa”, en poesía “se piensa lo que se dice”. “Yo entiendo que la poesía es creación y revelación y no se puede crear más que aquello que no exista; no se puede relevar más que aquello que era desconocido”, afirmó Gamoneda, quien recordó que se adentró en este mundo literario cuando, una vez fallecido su padre, se trasladó a León con cinco años y su madre para curar “su asma”, en plena Guerra Civil.

Fue un momento en el que “durante algunos meses se cerraron las escuelas públicas”, por lo que tomó el único libro que había en su casa, titulado Otra más alta vida. “Necesitaba un libro para aprender a leer. Mi madre me dio aquel libro. Era un libro de poemas escrito por mi padre, de mi mismo nombre. Por esa necesidad casi dramática de chiquillo que quiere aprender a leer, pero que no hay escuela para aprender, se produjo algo que si yo creyese en los milagros, hubiera sido un milagro”, apuntó. Aquel niño descubrió así los “libros de la escritura y un lenguaje que no era el convencional, que no era el coloquial de todos los días”, aunque reconoció que tuvo, en un principio, sensación de “incomprensión”.

A sus 84 años, ve con esperanza que la poesía como género se mantenga con vida y que otras generaciones tengan “las mismas o análogas dudas” que él tuvo, aunque cree que para que “la poesía tenga históricamente valor de futuro”, también se ha de “fracasar”. - Luis V. Huerga