madrid - Grandes escritores del Siglo de Oro, como Lope de Vega, Calderón o Quevedo, corrieron la misma “mala suerte” que Miguel de Cervantes en cuanto a la conservación de sus restos se refiere, según explicó el investigador del Grupo de Investigación Siglo de Oro de la Universidad de Navarra, Carlos Mata Induráin.

Lope de Vega fue enterrado en la Iglesia de San Sebastián de Madrid, pero debido a una etapa “muy convulsa, con muchas guerras, muchas revoluciones”, en algún momento sus restos se perdieron, pasaron seguramente a una fosa común y ahora se encuentran “no localizados”.

Con Calderón pasó algo “parecido”, ya que fue enterrado en la Iglesia de San Salvador, en el siglo XIX sufrió una serie traslados, sus restos pasaron a reposar en la Iglesia Nuestra Señora los Dolores, pero durante la Guerra Civil esta Iglesia sufrió un saqueo y los restos terminaron perdiéndose.

También similar fue el caso de Quevedo, que murió en Villanueva de los Infantes, fue enterrado en la Iglesia San Andrés Apóstol y, por diversas circunstancias, sus huesos se mezclaron con otros. Al igual que con Cervantes, hace unos años se organizó un equipo de investigación para localizarlos y se encontraron algunos huesos que se cree que pertenecieron a Quevedo, por evidencias externas y datos de tipo histórico. - Europa Press