Madrid - El argentino Diego Lerman estrena en España su largometraje Refugiado, un relato sobre violencia de género que plantea la exclusión y el dolor desde la mágica mirada de un niño pequeño que intenta encontrar un sitio donde estar seguro: un cuento sobre cosas que son así, pero que podrían ser de otra manera.
“El mundo adulto acepta cosas que no encajan desde la lógica, y no solo la violencia, también las grandes injusticias con las que convivimos; un montón de cosas que estructuran la sociedad y que admitimos y damos por hechas, sin ver que todo podría ser distinto”, reflexiona el cineasta. Por eso, apunta Lerman, Refugiado habla “del sentido común, que se ve tan complicado en el mundo adulto: el dolor, la huida, esto es así, pero no es lo más lógico, y en ello somos en parte responsables”, asegura el director, convencido de que “el punto de vista de un niño puede ser revolucionario”.
Y nada más revolucionario que la mirada infantil que aporta el pequeño Sebastián Molinaro, un debutante que arropa y da la réplica, muchas veces, por su cuenta, a la actriz porteña Julieta Díaz. - Efe