Vitoria - Mientras sigue soplando las velas de su 240 aniversario al tiempo que intenta sobrevivir, la Escuela de Artes y Oficios inaugura hoy sus dos primeras muestras de 2015, dos propuestas bien diferentes en forma y fondo aunque con dos características comunes. La primera, la fotografía. La segunda, la presencia detrás de ambas propuestas de dos ex alumnas del centro que son un claro ejemplo del “verdadero valor” del centro, como subraya Mila Bretón, profesora y una de las responsables del programa expositivo.

Hasta el 27 de febrero, Gladys Sevilla a través de Lumens y el proyecto colectivo e internacional Obscura, en el que toma parte Succubus (Amaia Berzosa) se encuentran con el público, ofreciendo dos discursos y motivaciones distintas pero no enfrentadas.

En el caso de Obscura, la muestra es, en realidad, un libro. Hace un par de años, varias personas interesadas por la fotografía estenopéica y residentes en Berlín quisieron cubrir la falta de edición de libros sobre este campo con un llamamiento a autores de todo el mundo para llevar a cabo una publicación que, al final, se hizo realidad con la participación de 91 creadores de distintos países y la consecución de financiación a través del crowdfunding.

Con las páginas ya en las manos se llevó a cabo en la ciudad alemana una exposición que Succubus, como fotógrafa participante en el proyecto, no dudó en visitar, momento en el cual surgió la idea de traer el montaje hasta Artes y Oficios (de hecho, en Gasteiz se va a poder ver alguna imagen más de las que se expusieron en Berlín).

Once capítulos, donde la poesía y la instantánea conviven, sirven para estructurar tanto el libro (se han traído varios ejemplares que se pueden adquirir por el precio de 39 euros) como la muestra, que ocupa dos de los tres espacios expositivos de la escuela.

En el tercero, Galdys Sevilla es la única protagonista con un Lumens donde la palabra clave es reciclaje. Dar segundas o terceras vidas a materiales que, por lo general, se desechan a la primera está en el fundamento de una propuesta nacida al encontrar una caja con papel fotográfico caducado.

Elementos cotidianos como semillas, brotes, hortalizas, cuerdas o el esqueleto de un pez sirven para crear cuatro partes de un todo, cuatro procesos en los que la intervención sobre el papel fotográfico y su unión con estos y otros elementos similares se ponen al servicio de un mensaje común para una sociedad cuya práctica habitual es la contraria.