Vitoria - A finales de octubre se produjo la primera experiencia. La intención de Paraíso era, y es, implicar en la programación de KunArte, su centro de las artes destinado a la pequeña infancia, a creadores locales ajenos a la compañía de Abetxuko para generar distintas propuestas multidisciplinares. El músico Koldo Uriarte y el cineasta Ander Elorza aceptaron ese reto inicial con Charles Chaplin como excusa, una invitación que ahora recogen los componentes del Colectivo Lisarco, una asociación de profesionales de diferentes disciplinas que trabaja desde Madrid en el desarrollo de proyectos artísticos y pedagógicos, y que está formado, entre otras personas, por la bailarina gasteiztarra Aiala Urcelay.

La cita es este lunes, con dos sesiones, en forma de taller, que se producirán tanto a las 12.00 como a las 18.00 horas en la sede de la compañía Premio Nacional de las Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud. Los destinatarios son jóvenes espectadores de entre 2 y 5 años y sus familias, a quienes se va a invitar a vivir una experiencia donde el movimiento sea el punto de encuentro. Cada sesión empezará con “una pieza cortita de danza porque es como mejor se puede ver el trabajo que llevamos a cabo”, explica Urcelay, anfitriona, en este caso, de los dos compañeros que le acompañan en esta ocasión, Javier Alameda e Icaro Maiterena. Después llegará el momento de experimentar, de jugar, de que cada uno de los presentes pueda, como ellos hacen cada día, expresarse sin necesidad de recurrir a la palabra.

Aunque su labor se suele desarrollar con un público un poco más mayor (sobre todo, adolescentes), Lisarco responde con ganas e ilusión a la llamada de Paraíso. Su experiencia es un aval, un camino en el que los integrantes han ido sumando herramientas para enganchar a quien se encuentra con ellos. Es el caso de Alameda, que describe como, cuando de dar clase o de ofrecer un taller como el que le trae a Vitoria se trata, “utilizo dos cuentos para que nadie se quede sentado, como aburrido”, trucos para romper el hielo y dejarse llevar. De hecho, “él, sin hablar, se lleva a todo el mundo de calle”, advierte Urcelay con una sonrisa.

A la expectativa del resultado práctico de ambas sesiones, Paraíso tiene claro que “éste es un punto de encuentro de dos estructuras que queremos dar continuidad a la relación”, apuntando, aunque no sólo, en la posibilidad de profundizar en el trabajo con personas con discapacidad, un camino en el que incluir a otros expertos de campos como la neurología, por ejemplo. Pero esos son planes de futuro. Igual que la idea con la que el colectivo con sede en Madrid está trabajando de unir la danza y la música en directo con la aportación al espacio que pueden hacer otras disciplinas como la escultura o la arquitectura.

De momento, lo más inmediato, mientras otros disfrutan del tiempo libre que confiere la época navideña, es la doble cita del lunes, un taller que se ha hecho realidad gracias a la relación de Urcelay con Irene Basilio, componente de Paraíso. “Conoce bien nuestro trabajo y llevaba tiempo pensando en cómo podríamos cruzar nuestros caminos”, recuerda la bailarina gasteiztarra, que hace justo un año estuvo conociendo en persona el espacio de KunArte y la propuesta de la compañía de Abetxuko en su sede. “Nos gusta trabajar desde la diversidad y casi siempre que nos hacen una propuesta vamos con el sí por delante. Luego, claro, nos damos cuenta de dónde nos metemos” bromea.