Vitoria - No va más. La galería Aitor Urdangarin echa el cierre tras 24 años de andadura y se suma así a la ya larga lista de espacios de este tipo que a lo largo y ancho del Estado han bajado la persiana desde que empezará la crisis económica. No hay una fecha definitiva, un adiós con día D y hora H. “Junto conmigo hay asociados y estamos en el proceso de ir liquidando las cosas como se tienen que hacer con cada uno de ellos. Me voy pero lo hago bien”, apunta el también artista desde el espacio situado en la calle Florida.

Lejos quedan los tiempos del inicio o aquellos años en los que la galería era impulsora también de su certamen de pintura... hoy la realidad de los números manda. “He cumplido una etapa trabajando en Vitoria y es hora de concluirla”, afirma Urdangarin que señala dos causas fundamentales para la decisión, ambas relacionadas y con sus derivadas.

La crisis económica y los cambios que ésta genera en el mercado del arte son la base. Clientes cada vez con menos posibilidades, artistas que venden en el estudio, espacios “hosteleros e incluso institucionales” que se prestan, más allá de la exhibición, a la compra y la venta... “Para evitarse la comisión que le corresponde a una galería suceden este tipo de cosas”. De todas formas, él afirma que no es una situación tan nueva. “Cuando empecé, mi intención era trabajar con los artistas locales pero muchos ya tenían el comportamiento de hacer las transacciones de manera directa, por eso me lancé con creadores de fuera”, una línea mantenida hasta ahora.

“Es imposible seguir en estas circunstancias” ya que “no se entiende que la labor del galerista es mucho mayor que la de abrir una sala con cuatro paredes donde colgar obra, como algunos también en esta ciudad han entendido más de una vez”. A eso se une, según su experiencia, “que el arte ha dejado de interesar, ya no importa”, tampoco a las instituciones, aunque en este caso el galerista recuerda que “en 24 años ninguna, da igual el color político de sus gobiernos, ha querido nunca adquirir nada para sus colecciones”. Así las cosas, la capital alavesa pierde otra galería. Esta crisis, de hecho, se ha llevado ya a unas cuantas. La de Urdangarin ya se despide. - C.G.