Los famosos suelen ser muy exigentes cuando viajan, y sus rarezas pueden afectar a los hoteles en los que se alojan, y es que parece que las excentricidades de algunos de ellos no conocen límites. Es el caso de Lady Gaga. Durante sus giras viaja con su novio pero, curiosamente, se niega a dormir con él en los hoteles donde se hospedan, por lo que siempre reserva dos habitaciones. Además, quiere que el satén negro y plateado invada su habitación, así como que las paredes estén llenas de posters antiguos de sus artistas favoritos como Queen, David Bowie o Elton John. También quiere rosas frescas amarillas, blancas o de color lavanda, sofás de cuero blanco y toallas perfumadas con lavanda. También exige 24 horas de cocina dispuesta para que le puedan preparar lo que se le antoje en cualquier momento.

Julia Roberts es otra de las actrices cuyas exigencias son curiosas. Entre ellas destaca que sólo bebe agua mineral, pero no le gusta ver una botella de plástico porque no es biodegradable. En cuanto a la comida, exige que provenga de agricultura biológica sin pesticidas u otros productos químicos tóxicos para el ambiente o para la salud de los que la comen.

Shakira también se suma a la lista de famosas con exigencias especiales. Siempre que sale de gira, pide en su hotel 30 litros de agua sin gas y 29 gaseosas. También pide leche desnatada y muchas pajitas para no estropearse el pintalabios al beber. Pero aún llama más la atención la solicitud de la cantante Madonna: pide que se cambie el WC de su habitación y que después se destruya para que no pueda ser vendido o subastado. En el hotel donde se quede tienen que apagar las luces del jardín por la noche para poder ver las estrellas, quiere rosas blancas recién cortadas a una medida exacta y tienen que modificar la distribución de la habitación a su gusto.

Manías Curioso es también el caso de Jennifer López. Cuando se aloja en un hotel se lleva sus propias sábanas porque no puede dormir en telas hechas con menos de 250 hilos. Suele pedir que cambien la iluminación de la habitación si no le gusta al llegar. Exige que haya grifería de oro y asientos nuevos en los inodoros. Además, todo tiene que ser blanco (paredes, mesas, sillas, sábanas, flores, velas...) y no puede haber productos alimenticios como bombones o bollería que puedan tentarla. Sólo come tortillas hechas de clara de huevo.

Exige siempre un sillón especial para maquillarse y máquinas de deporte en las suites para ponerse en forma antes de los conciertos. También pide litros y litros de agua mineral. Como muchas veces viaja con sus gemelos durante sus giras, exige una habitación llena de juguetes para los niños.

Despidos Pero hay más famosos con particulares manías. Gerard Depardieu, por ejemplo, se cuela en las cocinas de los hoteles en los que se aloja para copiar las recetas de los chefs. Nicole Kidman es muy “peculiar” a la hora de dormir cuando se aloja en un hotel: se lleva sus propias sábanas y deja unas instrucciones determinadas para hacer su cama. A Bruce Willis le gusta montar fiestas en los hoteles, pero su manía por la limpieza le hace retirar los muebles y enrollar las alfombras para que no se manchen.

Más lejos han llegado las exigencias de Angelina Jolie sobre su privacidad, ya que provocaron el despido de un empleado del hotel Ritz de Moscú. Resulta que, con motivo de su viaje a la capital rusa para promocionar su película Salt, la estrella de Hollywood prohibió expresamente que se tomaran imágenes suyas en el exclusivo hotel moscovita. Por lo visto un empleado del hotel la grabó con su teléfono móvil y fue despedido de forma fulminante por orden de Jolie. Además, para sus pequeños pidió previamente un menú especial, para lo que obligó a los empleados del restaurante del hotel a recorrer las mejores galerías de alimentación de la ciudad.