Los gestores de las televisiones varias que en el Estado funcionan, al parecer, no tienen claro cuáles son los límites de la explotación de contenidos en los distintos programas que forman las parrillas.
La Cuatro de Mediaset lleva un par de semanas enloqueciendo al personal con un concurso karaoke asesino que despierta las más obscuras intenciones del alma al ofrecer al personal angustias, miedos, fobias e histerias de participantes que tienen que cantar continuamente el grito de guerra “pase lo que pase no dejes de cantar” mientas son sometidos a pruebas casi extremas, y que recuerda secuencias de humor asiático de un viejo programa entre sadismo y astracanada que busca superar con este producto presentado por Patricia Conde y Flo, que se ven sobrepasados por la tensión y peligrosidad de algunas de las pruebas.
Uno de los momentos críticos de la pasada semana rozó el ataque frontal a la integridad física y mental de una concursante, que vio cómo estando atada a una plataforma circular era rociada con arañas, iguanas, lagartos y otros animalitos del mundo reptil que enloquecían de terror al personal, y estuvo a punto de alcanzar el límite de lo resistible a tenor de los gritos y chillidos que emitía la criatura concursante.
Hacer de la contemplación del pánico, miedo, terror de los participantes la base de un concurso de entretenimiento con karaoke incluido resulta harto sádico, puteador, vergonzante y torturador.
Killer Karaoke es una vuelta de tuerca más en la exploración de productos novedosos en las teles a base de serpientes, arañas, lombrices, pulpos muertos, sesos putrefactos y otras criaturas de la naturaleza viviente. Me gustaría ver a Vasile en el cuerpo de uno de los sacrificados concursantes, probando la medicina mediática que tanto le encanta.