Vitoria - “Como si un tweet tuviera una página o dos”, cuentos “muy a pie de calle en los que también hay espacio para que se dispare la fantasía”. A grandes rasgos, así se presenta Bolas de papel de plata (Arte Activo Ediciones), el nuevo guiño de Ángela Mallén hacia el lector, un paso más dentro de la trayectoria de la autora afincada en Gasteiz, que por un momento deja a un lado las formas de la poesía o de la novela para adentrarse en otro formato. “Son como impactos de lo que ocurre en la realidad aunque de una manera abierta porque el escritor siempre tiene que estar con una mano en el suelo y otra en el cielo”, según apunta.

El pasado mes de julio se hizo realidad un libro que se presentó de manera oficial hace unos días en el Museo de Bellas Artes de Álava. Tiene, por tanto, ya un recorrido inicial en el que la creadora está recibiendo buenas sensaciones de quienes ya han optado por aceptar su invitación narrativa. “Hay muchos cuentos de cosas actuales, de la prensa, cosas que le pasan a la gente. Y otros que son de personajes que aparecen por ahí, que se infiltran”, una dualidad que parte del hecho de que “la escritura es un proceso entre lo que percibes y lo que imaginas, entre lo que captas e interpretas. El escritor es como una planta de reciclado de residuos, se encuentra con muchas cosas para pasarlas por su filtro”.

“A los primeros lectores que ya me conocen parece que les está sorprendiendo un poco aunque sí dicen que encuentran la misma voz” ya que lírica y narrativa se contaminan en Mallén de manera natural. “Intento ser coherente; tener una voz propia es un proceso largo que todos los escritores debemos sufrir y perseguir. De eso nunca acaba uno de hacerlo”, comenta, al tiempo que explica que la elección de un género u otro depende “del estado de conciencia en el que te encuentres”.

En este caso, esa manera de estar, esa exigencia de expresar se ha traducido en esta compilación de relatos breves donde hay diferencias pero también puntos comunes, como el hecho de que varias de las historias suceden en vehículos, sin olvidar la presencia de la ciudad como contexto y personaje al mismo tiempo. Pequeños tweet como ella misma dice, ya que también es bloguera. “Las nuevas tecnologías son fantásticas siempre que no te coman. Están creando un modo de estar en el mundo y, también, una nueva humanidad, aunque no sé si para bien o para mal. Es algo que me ocupa mucho, en qué dirección nos movemos como humanidad. Hacer escritura es hacer humanidad, es una responsabilidad grande o pequeña, según lo entiendas”.

Tal vez por eso, y aunque su nuevo libro es todavía reciente, Mallén ya mira al próximo paso, también de la mano de Arte Activo puesto que “Roberto Lastre es un hombre que siendo un escritor maravilloso tiene la generosidad de creer en otros autores”. La intención de la creadora es completar la trilogía de poemarios urbanitas que comenzó con Cielo lento y Palabra de elefante. “El tercero está ya terminado pero nos pareció que era el momento se publicar Bolas de papel de plata y por eso hemos preferido esperar”, aunque prefiere no adivinar cuándo se hará realidad frente al lector.

De momento, sus cuentos son los que reclaman la atención, puertas abiertas “a lo que cada uno pueda pensar o sentir”, algo que ya no está en su mano.