Vitoria - Bajo las pisadas de cualquier ciudadano se encuentra su historia. Más allá de la superficie se amontonan huellas del pasado en forma de distintos materiales que sin poder ser percibidos a simple vista, son imprescindibles. Un antes en el que se realizan a menudo catas geológicas para conocer la composición de un suelo que tal vez mañana tenga que soportar un edificio, una infraestructura viaria... Elementos que se estudian, se guardan un tiempo y después se convierten en residuos.
Y es en estos vestigios de lo que fue y todavía es en los que la artista madrileña, aunque su labor actual se desarrolla entre Berlín y Los Ángeles, Elena Bajo ha puesto su interés para tomar parte en una nueva entrega del programa Praxis, ese laboratorio abierto a los procesos creativos que Artium está centrando a lo largo de este año, de la mano del comisario Eduardo García Nieto, en las poéticas del arte y la cultura contemporánea.
Bajo el largo título de A Universe comes into being when a Space is severed or taken apart (Un universo comienza a existir cuando un espacio es escindido o dividido en partes), la creadora propone una experiencia al visitante que va más allá de la contemplación de la selección realizada a partir de diferentes catas llevadas a cabo por los servicios de la Diputación en distintos puntos de Álava. Apenas hay información en un primer vistazo, pero eso no quiere decir que no exista o que no se pueda encontrar. Como el suelo del que han salido, estos elementos tienen distintos significados si se quiere mirar más allá de la superficie.
La poética entra aquí en juego puesto que los materiales pueden ser percibidos como huellas de un determinado espacio, como relatos de un pasado lejano o cercano, como elementos obtenidos donde se quiere hacer una actuación urbanística u otra, como simples piedras. “Mi trabajo se genera cuando voy a los sitios. Ahí es donde se inicia todo, es el momento en el que el bebé todavía no anda y casi ni le conocemos”, apunta Bajo.
Es ahí, donde la artista, según describe García Nieto, “nos plantea una nueva percepción de nuestro entorno, tanto espacial (hacia abajo) como temporal (que incluiría la formación de la roca pero también vestigios humanos en la zona con dos mil ochocientos años de antigüedad). Bajo, al igual que en muchos de sus trabajos anteriores, configura el espacio expositivo como un laboratorio, que puede ser tanto científico como alquímico. En él vuelve a situar la matriz del mundo, como un territorio indivisible de lo social y a partir de ahí, elige el poder de nombrar y disponer, actos primigenios y, por tanto, mágicos; aunque no podemos leer esa magia como el milagro o lo excepcional”.
A la espera de completar los aspectos performativos que están previstos realizar en el espacio de Praxis a lo largo de las próximas semanas, el proyecto de Bajo lleva la profundidad a la superficie de Artium para proponer discursos que ni quieren ni pueden ser cerrados o literales.