madrid - No solo de novela negra y películas detectivescas viven los suecos. La prueba, El abuelo que saltó por la ventana y se largó, la adaptación del best-seller de Jonas Jonasson, que se ha convertido en la película más taquillera de la historia del país, desbancando a Millenium.
"La gente piensa que somos una sociedad negra, pero también hacemos comedias muy divertidas", asegura en una entrevista con Félix Herngren, director de una cinta que, tras recaudar más de 16 millones de euros en Suecia (1,5 millones de espectadores), viajará por medio mundo, incluida España, adonde llegará el 11 de julio. Con ecos de otras comedias de aventuras como Forrest Gump o Big Fish, la historia arranca cuando Allan Karlsson, a punto de cumplir 100 años y encerrado en una residencia, salta por la ventana de su habitación y se escapa. Las cosas se complican cuando se lleva una maleta perteneciente a una banda criminal que tratará de recuperarla. La situación, pese a todo, no hace perder los nervios a un hombre que ha conocido a Stalin, Franco o Gorvachov.
Herngren afronta su tercera comedia para la gran pantalla, aunque cuenta con larga experiencia en televisión, siempre en el terreno del humor. "A veces el humor es una cuestión muy local, pero no siempre. Almodóvar es un ejemplo, hace películas muy divertidas que se entienden en todo el mundo", señala. En el caso de El abuelo..., los principales temas que se tratan son universales: la historia mundial, la vejez y el paso del tiempo. Eso sí, está rodada en Suecia y con actores suecos, incluido el protagonista, Robert Gustafsson, que en realidad tiene 49 años". Las peripecias de ese anciano aventurero y el tono "políticamente incorrecto" invitan al público a imaginar que es posible derrotar al tiempo y vivir una vida apasionante hasta el final. La filosofía del personaje se resume en una frase que él mismo repite a menudo: "las cosas son como son y así seguirán siendo".