Soul con R&B, pop, folk, rock... Todo esto, y más, engloba 'Happiness', el disco que presenta en Vitoria. Un viaje musical que, ¿tiene un hilo argumental, un nexo común?

-El punto de encuentro es mi propio origen como músico. Soy de Detroit y siempre he convivido con todos esos estilos... Pero también el hecho de trabajar con artistas como Joan Baez, Lou Reed, Salt& Pepper, Eric Clapton, gente que tiene registros musicales diferentes; lo que yo he hecho ha sido coger elementos de cada uno y mezclarlos. En el fondo también tiene que ver con cómo soy como persona: culturalmente, africano, negro americano, indio americano y europeo.

¿Qué papel juega el amor en todo este proyecto?

-El amor juega un gran papel en mi álbum. El amor es la propia vida, es comprensión y uno de los mayores regalos que tenemos. Algunas de las canciones hablan de subidas y bajadas, de lo dura que puede ser la vida y de cómo no hay que darse por vencido. Todos hemos vivido esa situación en la que, de repente, algo en lo que hemos estado trabajando se desvanece, pero no hay que darse por vencido. Debes recoger las piezas rotas y tratar de empezar de nuevo. De hecho, cuando compuse Happiness, lo hice como una terapia personal, quería llegar a la gente, tocarla por dentro, transmitirles el mensaje de que no deben darse nunca por vencidos.

Habitualmente, los bajistas son las figuras casi ocultas de las bandas, encargados, junto con la batería, de hacer caminar las canciones. ¿Es 'peligroso' que el bajo se convierta en protagonista?

-Los bajistas siempre han estado en la parte de atrás, pero se las han ingeniado para acercarse a la primera fila, como Paul McCartney o Sting, por ejemplo. Muchos están haciendo su propia música, no solo como cantantes sino como productores. El mundo del bajo se está ganando un enorme respeto?, por la razón que sea (risas). Sobre si es peligroso? ¡No, es bueno, a las chicas les gustan mucho los bajistas! (risas). Sea como sea, los bajistas tienen mucho que ofrecer.

En ese salto a primera línea, ¿el bajo pierde de alguna forma su esencia?

-Es genial alcanzar la primera línea, pero, en mi caso, no es la primera vez que lo hago. De hecho, creo que siempre ha estado en mí. Ya lo hice cuando era adolescente, con mi banda, en la que a veces lo era y otras no. Ahora es algo genial poder estar en una posición en la que me puedo centrar en cosas mías, en conseguir que la banda siga adelante. Es estupendo colaborar con otros músicos como bajista, pero mi objetivo principal en los próximos años es desarrollar mis shows.

Mantiene una estrecha relación con Euskal Herria, ¿como fue su primera conexión y cómo vive el acercamiento a la música creada aquí?

-Sí, tengo una relación muy cercana, una conexión especial con el País Vasco. Es algo muy íntimo, profundo. Toqué muchas veces con Lou Reed allí y conocí a un tipo llamado Jonan Ordorika. Nos hicimos amigos y comenzamos a trabajar juntos en distintos proyectos y con su hermano Ruper. Ambos me presentaron a otros músicos vascos y volví al menos tres o cuatro veces a dar conciertos, lo que me permitió conocer y apreciar bien su cultura y su gente. Ahora conozco a muchos músicos, como los de la banda de Joseba Tapia, que son muy buenos... aunque tengo que reconocer que soy un poco malo para los nombres. Me encanta la música folklórica y cómo se mezcla con otras, que en el fondo es lo que hago en mi álbum Happiness. Me gusta mezclar esos instrumentos folk con el rock, con el soul, con el R&B o con sonidos electrónicos.

Una pequeña parte del concierto servirá como particular homenaje a Lou Reed, ¿qué ha significado Lou Reed para la historia de la música?

-En España hay un sentimiento muy fuerte por Lou Reed. Y sí, algunas de las canciones del show están dedicadas a Lou, pero es algo ya venía haciendo antes de que Lou muriera. Siempre he tocado canciones suyas en mis shows porque me encantan; es mi modo de hacerle un pequeño homenaje. Cuando voy a tocar una canción suya me gusta hablar también un poco de él. Sus canciones supusieron un fuerte impacto en el mundo de la música y cambiaron el propio modo de hacer música; cambiaron la propia música. Lo mismo puedo decir en cuanto a lo personal. Lou tuvo una gran influencia en mí como músico y me enseñó muchas cosas a lo largo de los años que trabajamos juntos. Me ha inspirado mucho y me llevó a otro nivel musical con sus letras, su forma de tocar, de ser.

Precisamente, ¿qué es lo más importante que aprendió de él?

-Lo que aprendí de Lou fue, por encima de todo, la belleza de la sencillez y el poder de las palabras, de las letras... lo poderoso que puede ser un simple acorde, sin necesidad de miles de arreglos alrededor; la teoría y la práctica del menos es más. En lo personal, aprendí mucho acerca de mí mismo, sobre la belleza de la oscuridad y la de la luz.

Con una reconocida y exitosa carrera profesional, ¿cómo lleva el hecho de que se le conozca principalmente como 'el bajista de Lou Reed'?

-Estoy muy satisfecho de haber tenido éxito en mi propia carrera. Lo de ser conocido como el bajista de Lou Reed depende un poco de con quién esté, de dónde esté, en qué país. Aunque Lou Reed es querido en todas partes, en España o en Italia Lou era un fenómeno enorme, muy fuerte, con muchos seguidores, y tenéis un sentimiento por él mayor que en Suecia o ciertas partes de Alemania, así que la gente me imagina siempre en esa situación, detrás. Muchos seguidores de Lou Reed solo le veían a él, algunos incluso no tienen ni idea del nombre de algunos de sus músicos, ni tienen ni idea por ejemplo de quién es Jeff Beck. De todos modos, la verdad es que no pienso mucho en ello, porque no solo trabajé con Lou, también lo hice con Steve Windwood, Eric Clapton o Jeff Beck, aunque luego volvía con Lou... Pero entiendo que en países como España o Italia la mayoría de la gente te vea solo como el bajista de Lou Reed, porque era una personalidad muy fuerte. Sea como sea, es genial que la gente me vea así, no hay problema. Pero a partir de ahora la gente me conocerá como un artista individual, espero (risas).

¿Qué es la música para Fernando Saunders? ¿Y el bajo?

-La música lo significa todo para mí, es una parte importantísima de mi vida y estoy muy agradecido de haber podido tener una carrera. Para mí la música es un vehículo para juntar a la gente, incluso ha ayudado a suavizar problemas entre países. También es una gran embajadora y consigue recaudar fondos para muchos proyectos? Pero, a su vez, es una responsabilidad: las letras que escribes, lo que dices? En cuanto al bajo, pues es difícil explicarlo, sencillamente sucedió. En el momento en el que decidí ser músico sencillamente me moví hacia delante. El bajo es muy especial para mí, pero toco otros instrumentos... También soy cantante, y cuando toco el bajo, es como si su sonido fuera mi voz, las notas del bajo son como partes vocales que me gustaría cantar también.