París. La ex primera dama de Francia y cantante Carla Bruni dijo ayer que no siente envidia de que su marido, Nicolas Sarkozy, acapare más atención mediática que ella pero admitió que estaría "celosa" si se enamorase de otra mujer. "Es una megaestrella en mis conciertos. Tiene una carrera de vida pública y política de 35 años, ¿cómo quiere usted borrar 35 años de carrera? Ha sido su vida, pero ya no lo es. No siento celos de su estatus, del recibimiento que se le brinda. Más bien estaría celosa si se enamorase de otra", declaró a Bien Publique.

Bruni evitó pronunciarse directamente sobre la situación que atraviesan François Hollande y Valérie Trierweiler pero defendió la libertad de prensa, aunque limite el derecho a la vida privada de las personalidades, frente a la posibilidad de vivir en un país sin libertad de expresión. "Vaya usted a un país donde la prensa no sea libre y comprenderá la diferencia", comentó. Bruni consideró que actualmente "todo el mundo es un espía, un reportero, un testigo". "Todo el mundo tiene una cámara en su teléfono móvil, una manera de filmar, de grabar a todo el mundo", comentó. Y subrayó la dificultad de contener ese tipo de informaciones en un mundo global y conectado.

"Las celebridades francesas se hacen ilusiones creyendo que pueden controlarlo, defenderse con una ley. Sale por todas partes, ya no hay control", añadió Carla Bruni, que consideró que luchar contra la época que en la que se vive es "perder el tiempo". La esposa de Nicolas Sarkozy, en plena gira de su álbum Little French Songs, aprovechó también para confirmar que se encuentra feliz junto a su marido. "Endulza mi vida. Me quita una parte de la ansiedad que tenía de manera casi congénita, por eso me casé con él. Sólo con él me siento mejor que sola".