MADRID. Después de varios años de caídas de ventas, este año los reposteros se han mostrado más optimistas con las previsiones navideñas, que alcanzan sus cotas más altas en estos días, "cuando se forman colas para comprar roscones recién salidos del horno", apunta el presidente del gremio nacional, Salvador Santos.
Para Santos, la versión industrial, más económica y vendida en grandes superficies, no ha conseguido -a pesar de la crisis- robarle el trono a uno de los dulces más tradicionales de la Navidad, que representa un 18 % de las ventas de la temporada para los pasteleros.
"Aunque hay mucha innovación y parece que las tradiciones están menos arraigadas, los nietos de hoy quieren comprar el roscón donde lo compraban sus abuelos; quieren el auténtico, el verdadero", asegura.
Los pasteleros prevén que en Madrid se vendan alrededor de dos millones de unidades, mientras en Cataluña la cifra rondará los 850.000.
El más demandado es el tradicional, sin relleno y con fruta escarchada, aunque cada vez el consumidor opta más por comprar los rellenos o con mezcla, mitad bizcocho y mitad relleno.
Aún así, los pasteleros buscan sorprender cada año y ofrecer nuevas variedades, "aunque lo más importante del roscón es el haba y la sorpresa", reconoce el presidente del Gremio de Pasteleros de Barcelona, Joan Turull.
Y es que no hay roscón sin sorpresa, que convierte en rey a quien la encuentra, y casi nunca sin haba, que asigna a quien le toca la tarea de comprarlo al año siguiente; algunos están muy cotizados, como el que venderá la confitería de Conrado de La Bañeza (León), que esconderá 5.000 euros en uno de sus dulces.
Entre la receta más clásica se cuelan propuestas arriesgadas, como las del pastelero de Nunos, José Fernández, que este año ha creado cinco nuevas variedades inspiradas en dulces internacionales.
Se trata de un roscón "babá", emborrachado en salsa de chocolate y licor de mandarina; el "steusel", relleno de crema de chocolate blanco caramelizado; el "tatin", con crema de manzana y canela; y otras dos variedades, frito y en souflé.
La tradición del dulce de Reyes se remonta a la época romana, pero el origen del roscón como lo conocemos hoy se debe al cocinero del rey Luis XV, quien introdujo una moneda en el roscón para contentarle.
Con distintas recetas, el dulce de la Epifanía está también muy arraigado en países como Francia, con la "Galette des Rois", o en Portugal, con el "Bolo Rei", donde tienen una cita cada año con el rey más dulce de la Navidad.