Vitoria. Cuando el grupo decidió despedirse para siempre, el libro cobró vida. Era el testimonio no ya de una formación nacida en la Gasteiz de principios de los años 80 que se convirtió en referencia sobre todo dentro pero también fuera de Euskal Herria, sino, además, de una década en la que no pocos jóvenes "en el paro pero no parados" protagonizaron una serie de acciones culturales y sociales que, en algunos casos, hoy siguen teniendo un desarrollo. Era 1993 y Elena López Aguirre y Pedro Espinosa, a través de la asociación cultural Aianai, publicaron con sus propios medios 1.000 ejemplares de Hertzainak. La confesión radical, un texto realizado por parte de los periodistas a base de entrevistas con una larga lista de personas que habían estado relacionadas con la banda de diferentes maneras. El título se agotó en nada tras su paso por la Azoka de Durango. Y se hizo otra tirada que también se agotó en nada. "Desde entonces nos han pedido muchas veces copias pero ni teníamos ni pensábamos en una reedición, a pesar de que incluso ha sido citado en tesis doctorales sobre la música vasca realizadas en universidades americanas". Hasta hoy, claro.
Hace dos años se puso en contacto con los autores la editorial riojana Pepitas de Calabaza. El ofrecimiento era claro, recuperar el título para, entre otras cosas, poder distribuirlo fuera del País Vasco, algo que no pudo suceder la primera vez. Ambos aceptaron el reto con la intención de aprovechar la invitación para corregir, ampliar y completar su proyecto incluyendo un prólogo de Roberto Moso (Zarama), nuevos testimonios (Kirmen Uribe, Fermin Muguruza...), más fotografías, ilustraciones recuperadas, información suplementaria como las letras en castellano y en euskera de todas las canciones de la banda o un diccionario sobre quién es quién... en definitiva, sumas en diferentes aspectos que sirvan tanto para aquellos que vivieron aquella época como para las nuevas generaciones.
El resultado de esa labor de recuperación y complementación es ya una realidad disponible en las librerías, una reedición que los periodistas presentaron ayer ante sus colegas, momento en el que se lamentaron de la poca literatura escrita que, por lo general, existe en Euskal Herria sobre ese momento histórico y sus protagonistas culturales. Ambos son conscientes, además, de que "lo peor de muchos jóvenes de los 80 era que creían que la vida había empezado en los 80", algo a lo que este libro también quiere responder partiendo de la base de que muchas de las cosas que sucedieron en aquella Gasteiz no se entenderían, por ejemplo, sin sucesos como los del 3 de Marzo o el ambiente de los bares del Casco Viejo, "punto de encuentro para escuchar música, hablar, compartir y hacer".
Tras la muerte de Tito Aldama, Hertzainak volvió a juntarse en 2012 para interpretar algunos temas juntos en un concierto organizado por Aianai (noche recogida en un DVD). Claro que fue algo excepcional que no volverá a repetirse.