En 1971 las Naciones Unidas acuña un término para definir a los países más pobres del mundo: Países menos desarrollados (PMD). Para incluir a un país en el club de los pobres la ONU tiene en cuenta la renta per cápita de la población (inferior a 900 euros), la debilidad de sus recursos (salud, educación, nutrición y alfabetización) y la vulnerabilidad económica (inestabilidad política, desastres naturales, etc). Bajo el sello PMD, la ONU agrupa a 55 países. La mayoría de estas naciones está en África (34 de ellas). El resto en Asia (10), Oceanía (5) y América (1). Recientemente he visitado cuatro de esos países: Mauritania, Cabo Verde, Senegal y Gambia.

Ha sido un viaje breve de dos semanas. Sólo una noche de hotel reservada y el billete de avión de ida y vuelta. El resto, resultado de la improvisación. Aunque por mi parte usando un buen comodín: viajaba con un amigo que es guía turístico y experto en estas lides. Cuatro visados, cuatro idiomas, cuatro monedas, dos religiones? en dos semanas. En definitiva, un viaje cultural. Turismo cultural bien entendido: visitar, conocer, aprender. Viajando como se viaja por ahí, en taxis colectivos, barcas para cruzar ciertos ríos? Alojándonos en hospedajes sin excesivas comodidades -dormir a 33 grados sin aire acondicionado y con mosquitera para defenderse de los mosquitos, era algo habitual- y comiendo en locales populares. Pero siempre sin poner en excesivo riesgo nuestra salud. Para eso éramos euros con patas.

Mucha pobreza, sí. Mucha gente que no vive, sobrevive. Pero mi deformación profesional me ha llevado a fijarme en cómo aflora y se desarrolla la cultura ahí: gente haciendo deporte en las playas como si éstas fueran pistas de atletismo o gimnasios improvisados, gente escuchando, poniendo, compartiendo música en cualquier rincón, grupos de chavales haciendo footing por calles sin asfaltar? En Gambia, en su capital, Banjul -llamarla capital es lo suyo, pero de verdad que esa ciudad de chabolas y maltrechos edificios no parece una capital- me llamó la atención una casa de cultura repleta de febriles gentes realizando actividades dentro de ella. Era también un espacio institucional.

En Senegal, en Dakar su capital, visitamos un lugar habilitado por su gobierno para que los artistas senegales sin recursos pudieran realizar ahí sus obras. Son talleres de artistas. Espacios muy básicos. El coordinador del espacio nos mostró el lugar. Es como un pequeño pueblo. Algunos de los artistas incluso viven en sus propios talleres. Hablamos con varios de ellos. Nos enseñaron su trabajo. No tenían que pagar alquiler. Me llamó la atención que en un País Menos Desarrollado se apoye así la creación. Supongo que las prioridades en países donde la gente es tan sumamente pobre deberían de ser otras. Pero no, ellos entienden que la cultura, su cultura, es importante, vital. Y la cuidan. Los analfabetos, los pobres del PMD, entienden eso. Aunque les falte el pan.