gasteiz. Gómez y Llano, que colaboran por primera vez, iniciaron su relación profesional -y de amistad- en el Festival de Cómic de Angoulême (Francia), uno de los más importantes del mundo, hace más de cuatro años. Pronto se dieron cuenta de que crear algo "importante" en conjunto era posible. Y tras desechar varias ideas, Las terroríficas historias del fantasma del tonel comenzaron a hacerse realidad. El fantasma, un personaje de supuesta leyenda que en vida cometió grandes atrocidades, purga su maldad en una bodega desde donde relata terribles historias, las que vertebran el cómic. Autoeditado, el trabajo será presentado esta tarde en Zuloa Irudia, a partir de las 19.30 horas. Quien lo desee, podrá adquirir cada ejemplar por cuatro euros, "lo que cuesta un zurito".
Viendo sus últimas creaciones, como la serie 'Ciclocirco', no sé si alguna vez le había dado por escribir un cómic tan oscuro como éste.
Ciclocirco era un trabajo asignado por una editorial, basado en los derechos humanos, en los de los animales o en la naturaleza, de tipo educativo. Me sentí muy identificado con esa colección y por ahora ya hemos publicado seis cómics, tres que transcurren en África y otros tres en América. Lo que no he querido después es anquilosarme, porque no por sentirme identificado con esas historias me dejan de gustar otras vicisitudes como los superhéroes, el manga o, como en este caso, el terror, el suspense o lo detectivesco. Este cómic es un homenaje a trabajos antiguos como Creppy, Eerie o Vampirella y que por encima de todo busca el entretenimiento.
La historia del fantasma del tonel que sirve de prólogo ya da buenas pistas de lo que hay después...
De hecho ya la simple portada es un poco escalofriante... (risas) Ismael y yo hemos intentado homenajear tanto a Creppy como a dibujantes como Bernie Wrightson. Yo soy el guionista de todas las historias excepto la de esa presentación de lo que es el fantasma y qué le ocurrió para llegar a dónde llega. El cómic es en realidad una mezcla de homenajes, a Historias de la Cripta, a El Barril de Amontillado de Edgar Allan Poe... Quien haya conocido esas obras y lea el cómic sabrá de lo que hablo.
¿Cómo surgió la colaboración con Ismael Llano?
Nos conocimos en la feria de Angoulême hace unos cuatro años. Me enseñó algunos dibujos que había hecho, me encantaron, yo ya había guionizado alguna cosa, nos caímos bien y nos dimos cuenta de que podíamos hacer algo importante juntos. A partir de ahí surgió esta idea, aunque en un principio pensamos en hacer una historia larga, quizá más de fantasía. Lo hablamos mucho pero no salió, no llegamos a un acuerdo, hasta que empezamos a hacer historias cortas de miedo. Vimos que la cosa marchaba, hicimos el cómic, buscamos cómo publicarlo y al final ha sido todo por nuestra cuenta, porque parece que a ninguna editorial le ha interesado. Ellas se lo pierden (risas).
Por de pronto, no es un cómic para los amantes de lo políticamente correcto.
No. De hecho, es un cómic en el que hemos criticado el mundo en el que estamos, a veces sin darnos cuenta. Es significativo que Ismael y yo nos conocimos cuando empezaba la crisis. Y el cómic crítica a los cuatro poderes, que son los que mueven el mundo. Es como apocalíptico en cierto modo, otro reflejo del mundo. Y en cada historia hemos querido hacer una temática un poco diferente.
El humor negro también tiene un protagonismo muy destacado.
Sí, está destacadísimo, sobre todo en la historia de Héctor, que todo el mundo que la ha leído, perdón por la expresión, se ha descojonado. Hemos hecho un cómic de terror y suspense, pero en todas las historias hay algo de humor negro y de crítica social, más o menos sutil.
¿Qué respuesta espera de la gente?
Lo primero, en todo cómic, es que tiene que haber un entretenimiento, una diversión. Siempre tiene que haber acción antes que reflexión, aunque en este caso ésta viene casi de paso. Humildemente, yo espero que haya una respuesta positiva y de hecho me consta que a los amigos y conocidos que lo han leído les ha gustado.
¿Conseguir una editorial es ahora un objetivo o si viene, perfecto?
En principio era un objetivo. Primero vamos a ver cómo se va desarrollando esto, y si luego hay editorial, bienvenida sea. Aunque nos gusta nuestro trabajo, no olvidemos que esto es un negocio y nos gustaría ganar dinero con ello. Ahora mismo estamos intentando recuperar la inversión y hacer publicidad aparte de pasarlo bien. Queremos que haya un boca a boca de momento en Vitoria, pero después queremos movernos por las mejores ferias del cómic que podamos. Hay que ser humilde pero también apuntar alto.
Al margen de la promoción, ¿qué proyectos tiene entre manos?
Aparte de la publicación del sexto cómic de Ciclocirco, siempre he pensado en hacer relatos cortos, quizá con algunas anécdotas que me han pasado en viajes que he hecho. Soy bastante gafe. Es otra opción, porque me gusta mucho escribir.
¿Para cuándo veremos un cómic guionizado y dibujado por usted?
Creo que eso sería un mal cómic, porque yo no soy dibujante, así como Ismael sí que ha demostrado ser un buen guionista con la presentación del cómic. A mí me gustaría tener ese trabajo completo, de saber que el cómic es enteramente mío, pero el dibujo no es lo mío. Así que dejaré la satisfacción completa para novelas, relatos cortos o cuestiones futuras. Yo puedo intentarlo, pero no creo que le guste a nadie.