lo que un día fueron nervios hoy son convencimientos. Gontzal Fontaneda ya disfruta con la sensación del que sabe que las montañas se mueven con deseo, atrevimiento y trabajo. La suya, lejos de un repecho sin pretensiones, partió como cordillera hace ahora casi tres años. Y, sin embargo, paso a paso, cordada a cordada, la cima de esta particular aventura cinematográfica ya ha quedado atrás. Euskal Herriko nonbait, su documental de poco más de 43 minutos, ya está acabado. Y con fecha de presentación oficial. Ésta tendrá lugar el próximo 3 de octubre en el Cine Municipal de Oion, recinto que abrirá sus puertas de forma gratuita (20.00 horas). La elección no es baladí. No en vano, la localidad hace veces, a la vez, de escenario y de protagonista. Por sus calles discurre esta obra, que versa sobre los esfuerzos por la recuperación del euskera en zonas como Rioja Alavesa, donde antaño, el idioma de los vascos quedó supeditado al olvido impuesto y al sobrevenido. Los planos y contraplanos hablan de aquellos que un día decidieron pelear por una idea guiados por la perseverancia.

Hasta el momento de la premiere, el documental ya dispone de trailer para abrir apetito. Los más dispuestos a conocer esta historia la pueden encontrar extractada en cuatro minutos de síntesis en la Red de redes -vimeo.com/73605099 o Youtube-. Tras su puesta de largo, al autor le gustaría distribuir la cinta allá donde sea requerida, principalmente en Vitoria y, por qué no, a través de la ETB, "para que llegue a todos los vascos", explica Fontaneda, director, guionista y alma mater de esta composición. Pero eso, de lograrse, formará parte de otra aventura. Cada cosa requiere su tiempo.

En el aperitivo, así como en el metraje completo, se pueden entresacar con facilidad las ideas que el autor de esta obra "familiar" ha logrado plasmar a través de entrevistas a vecinos que tienen mucho que decir en la recuperación del euskera. Esas ideas, personales como la concepción particular de este trabajador de banca y profesor de euskera en la época en la que no había ni gobiernos vascos ni euskaltegis ni demasiado apego oficial por el idioma y la cultura euskaldun, atienden a conceptos simples y completos. Buscan resaltar, sobre otras consideraciones, el aspecto humano del euskera con gentes que decidieron pelear y que consiguieron que el euskera haya subido muchos escalones. "Quizás, el idioma no se habla en la calle en Rioja Alavesa. Pero, al menos, ha recuperado el prestigio y la sensación de pertenencia al pueblo", confirma el director.

Esas ideas hablan de que "la concepción de Euskal Herria es muy variada", con experiencias folklóricas y formas de ser que van mucho más allá de una uniformidad impuesta y pretendida. Aparte, y como es lógico, en el metraje se desgrana que cuanto menor es la implantación del euskera, mayor es el trabajo por recuperarlo". Y en las comarcas del Ebro o en la Ribera navarra, el idioma llegó a brillar por su ausencia. En un reportaje anterior publicado por este diario, Fontaneda explicaba que su propósito era lanzar un mensaje en positivo donde se tocan diferentes aspectos y se habla con libertad sin caer en esos pozos en los que los políticos se suelen mover tan bien cuando de estas cuestiones se trata. En ese argumentario se encuentran las líneas básicas de un documental que ahora necesita público, tanto euskaldun berris como euskaldun zaharras.

hilo conductor En cualquier caso, la historia que narra Euskal Herriko nonbait utiliza una Vespa de los años 50 como hilo conductor. A lomos del ingenio italiano, icono en media Europa, la actriz Ainitze Laskurain pilota el filme hasta engarzar las 23 entrevistas que conformar el cuerpo. Son conversaciones en euskera y castellano -en ambos casos subtituladas en el otro idioma- con los fundadores de la ikastola de Oion, actuales alumnas, una madre, el hijo de un inmigrante marroquí, los padres riojanos de unos niños que cada día se trasladan a la localidad...